La normativa deberá ser ratificada ahora por su presidente, mientras que desde la Iglesia Católica de dicho país se han tomado la noticia con «tristeza e indignación».
Tras un año de trámites parlamentarios, Portugal se convirtió en el séptimo país del mundo en aprobar la despenalización de la eutanasia, después de que el Parlamento diera luz verde a un proyecto de ley en ese sentido.
La normativa fue aprobada por 136 votos a favor, 78 en contra y 4 abstenciones, siendo apoyada principalmente por grupos de izquierda, y rechazada por la derecha, en medio de un tenso debate entre ambos conglomerados.
Es una ley «totalmente plural, que respeta a quien escoge el día de su muerte con la ayuda de terceras personas», sostuvo Isabel Moreira, diputada del gobernante Partido Socialista, respecto de la normativa que ahora debe ser ratificada por el presidente de dicho país, Marcelo Rebelo de Sousa.
En concreto, la norma establece que el solicitante de muerte asistida debe ser mayor de edad, no debe tener problemas mentales y debe estar en una situación de sufrimiento «duradero e insoportable».
Además de tener una enfermedad o lesión incurable, la decisión final será evaluada por un comité de expertos y sólo podrá practicarse de manera pública en el Sistema Nacional de Salud.
Tras conocerse la noticia, la Iglesia Católica de Portugal expresó su «tristeza e indignación» ante la despenalización de la eutanasia «en el momento de mayor gravedad de una pandemia mortífera, donde todos nos empeñamos en salvar el mayor número de vidas».
«No podemos aceptar que la muerte provocada sea la respuesta a la enfermedad y al sufrimiento», sostuvo la entidad a través de un comunicado.