Durante el tiempo de la pandemia de la Covid-19, hemos compartido desde la Redacción Colombia, un conjunto de publicaciones relacionadas con los aprendizajes personales y profesionales que nos ha dejado este tiempo. Con este mismo objetivo, seguiremos compartiendo experiencias que alimenten la reflexión sobre las oportunidades que nos ha dejado la situación vivida durante el 2020.
A continuación presentamos la segunda entrega que nos ofrece Claudia Orozco, profesora de Lengua Castellana en el Colegio Nuestra Señora del Rosario de la ciudad de Bogotá. Se trata de un trabajo surgido desde la comunidad de aprendizaje, donde se ven involucrados estudiantes, profesores y padres de familia, a partir de la experiencia de la educación mediada por la virtualidad.
Ver primera entrega: La pandemia, un camino de oportunidades para el aprendizaje
“Si el mundo no aprende ahora a respetar la naturaleza . ¿Qué futuro tendrán las nuevas generaciones?
Rigoberta Menchu, Líder indígena guatemalteca
Por: Claudia M. Orozco G.
Docente de Lengua Castellana
Después de un largo tiempo de confinamiento, lo que más anhelan los seres humanos es poder descansar y disfrutar de aquellos paisajes que nos regala el planeta; entre ellos, las playas de nuestra amada Colombia, como por ejemplo: Bahía Solano en el Océano Pacífico y El rincón del mar en el Caribe, entre otras.
Al mismo tiempo, los ecosistemas y las especies de fauna marina han gozado de esta pandemia, pongamos el caso de las playas del mar Caribe, allí las aguas han recibido un suspiro; su color transparente y claro irradian de la armonía que cubre el lugar. Al mismo tiempo muchas playas se ven totalmente despejadas y libres de residuos, basura y desperdicios propios de la multitud de personas que la visitaban.
¡Y qué decir de las especies marinas! Basta observar las fotografías que demuestran el acercamiento de los delfines a la bahía de Cartagena, como hace mucho no se veía, y las aves marinas a la playa del Rodadero en Santa Marta.
En este artículo los estudiantes de los grados de tercero del Colegio Nuestra Señora del Rosario, buscaron dar a conocer el resultado de su investigación por medio de organizadores gráficos, elaborados en el tiempo que se desarrolló el proyecto y, a su vez, generar conciencia dando el valor y respeto que merece cada lugar, cada especie, cada planta con la que se tropieza.
En primera instancia, se puede apreciar en la línea de tiempo, lo que tarda en descomponerse aquellos elementos que, de una u otra manera, los seres humanos dejan por olvido o con intención de afectar estos hábitats.
Línea de tiempo elaborada por Juan Alejandro Marín Montoya del curso 303
Si después de analizar el gráfico anterior, pensamos un poco en cuánta basura desechamos en las playas, el aumento exorbitante de dióxido de carbono en nuestra atmósfera y el impacto que genera en la salud de cada familia, seguramente se evitaría llevar este tipo de elementos.
Otro aspecto fundamental, al que se pretende ahondar está relacionado con el comercio, aquel que ciertamente muchas de las personas que visitan las playas desconocen el origen de los elementos que se usan para su fabricación. En este aparte se hablará específicamente de la tortuga Carey; más conocida como la arquitecta de los arrecifes, siendo esta una de las siete especies de tortugas en el mundo y aún así se encuentra en peligro crítico de extinción “ son una de las especies más hermosas e importantes del océano. Ayudan a los arrecifes de coral a prosperar y para los buceadores o quienes practican snorkel, es uno de los encuentros más emocionantes en la naturaleza.” (https://fundaciontourtugas.org/yo-no-compro-carey/, 2020)
En los mapas mentales elaborados por los estudiantes se puede, conocer las causas por las cuales la tortuga Carey se encuentra en proceso de desaparición. De cada uno de nosotros depende que logre sobrevivir o no.
Mapa mental elaborado por: Daniel Santiago Padilla Cuervo del curso 303
Elaborado por Valerie Juliana Parra Cortés del curso 302
Así mismo, la familia Silva Nova, realizó las siguientes recomendaciones para poder disfrutar del mar sin afectar a las especies marinas que se encuentran en él. El respeto por ellas nos hace mejores personas.
La propuesta realizada por la familia Figueroa González, invita a poner en práctica cinco acciones para conservar el océano, con ellas se ayudará a la preservación y conservación de lugares recóndintos, exóticos y místicos.
En conclusión, se considera que la mejor herencia que se puede dejar a las generaciones futuras son seres humanos con principios y valores aplicables en todos los ámbitos de su vida. Los adultos somos el ejemplo vivo de lo que nuestros niños replicarán con los demás. Valdría la pena preguntarse ¿Cuál es el medio ambiente que nos estamos forjando?