En la primera línea de atención a la pandemia el personal de enfermería ha sufrido más 38 bajas desde el inicio de la emergencia. Mientras que el Colegio Médico registra más de 70 fallecidos. En varios de los casos no hizo ninguna distinción en torno a la edad. Pero por supuesto, entre los elementos resaltan como la razón principal de muerte la edad y tener una enfermedad de base.
Sin embargo, “tener una sobre exposición al virus nos lleva a un enorme riesgo de contraer la enfermedad a pesar de tener cuidados estrictos. Otros factores adversos son la sobrecarga de trabajo y la escasez de material de bioseguridad de calidad como mascarillas N95, trajes y demás equipo de protección”, indicó Marilia Vallecillo, enfermera del hospital Leonardo Martínez de San Pedro Sula.
Vallecillo forma parte de las más de 20 mil personas que se dedican en Honduras a la enfermería. El personal de enfermería, en su mayoría mujeres, se han dedicado a la enfermería son quienes en el sector salud dan la primera atención y examinan a pacientes. Además, en los hospitales son las encargadas de la toma de muestras biológicas, de brindar cuidados y dar seguimiento a cada caso.
“Para nosotras las enfermeras y demás personas de salud, quedarnos en casa no ha sido una opción, aunque nuestras familias lo pidan en muchas ocasiones. Al principio me daba mucho miedo contagiarme y andar contagiando, pero al final tienes que hacer tu trabajo y estás capacitada para ello”, indicó. Para varios sectores este tipo de acciones personifican la definición de la palabra “heroína”, ellas están en la primera línea de respuesta.
A reglón seguido manifestó que, por ser enfermera instrumentista trabaja junto a otro personal de salud en la sala de operaciones, y cuando a diario hay cirugías de emergencia no da tiempo para hacer examen de Covid-19 a los pacientes. En los hospitales y centros de salud estamos expuestas a un virus que está presente en cada rincón de nuestro lugar de trabajo. Sin embargo, para desgracia nos dan tres mascarillas imitación de N95 y 6 quirúrgicas para el trabajo de la semana. Nosotras lo que hacemos es que compramos mascarillas de calidad y otro material para tener mayor protección”, indicó.
Toda una vida dedicada a la enfermería
Marilia Vallecillo, de 48 años, inició su carrera en enfermería hace 20 años. Con un sueldo bajo (9 mil a 14 mil lempiras de acuerdo a su antigüedad) ella es el sustento de su familia, a quienes en muchas ocasiones no ha podido abrazar por miedo a contagiarlos. En sus turnos rotativos debe llevar puesto todo su equipo de protección para estar cara a cara con los pacientes. (muchos de ellos con COVID-19).
Recalcó que las enfermeras y enfermeros están en la primerísima línea de batalla. Nuestra labor va desde orientar al paciente y a su familia al momento de ser ingresado. Seguir el tratamiento del paciente y brindar los cuidados que éste necesite para su recuperación.
La enfermera Vallecillo, explicó lo difícil que es portar el equipo de protección: “la cara, por ejemplo, la tenemos con muchas marcas. El equipo que uno compra para la seguridad es bastante pesado y respira con dificulta. Lo peor es cuando se va la energía, porque nosotros no podemos parar la cirugía y tenemos que soportar el calor, y el sudor se penetra en nuestros ojos”, indicó.
“En el caso de las que trabajamos en quirófano, nos toca ayudar al cirujano en la preparación del campo quirúrgico y suministrar el material durante la intervención. Asimismo, ocuparse de la preparación del paciente, limpiando su piel y monitorizando su estado. Entonces, de esta manera estamos sobre expuestas al coronavirus y a otras enfermedades”, indicó.
¿Quién protege a las heroínas?
El 2021 inició con el punto más álgido y alarmante de la pandemia de Covid-19. Honduras ha alcanzado los niveles más altos. Los casos en Honduras se elevaron esta semana a 158 mil 355, de los cuales se han muerto tres mil 838, desde que se declaró la emergencia sanitaria por la pandemia en marzo del año anterior, según el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
“Hemos alcanzado nuevamente el punto al que no queríamos ni debíamos llegar: la saturación de hospitales, personas muriendo en la búsqueda de una cama en un hospital y un ventilador, y personal de la salud enfermo y agotado”, indicó la presidenta del Colegio Médico Hondureño (CMH), Suyapa Figueroa.
La muerte de tanto personal médico es atribuida por Figueroa a que el Estado no ha proveído del suficiente equipo de protección a quienes están al frente de la pandemia. “El poco equipo que se compró y puso a disposición del personal sanitario desde que comenzó la pandemia, incluso mascarillas, no solamente se adquirió sobrevalorado, sino que también no era el apto para uso médico”, indicó.
Desde el inicio de la pandemia el Colegio Médico y otros sectores de Honduras, han demandado al Gobierno a nombrar una comisión técnico-científica para hacerle frente a la pandemia, así como el confinamiento controlado, sin embargo, esto no ha sido posible y las autoridades siguen improvisando, según los profesionales de la medicina.
Así mismo, han pedido a la población quedarse en casa para así evitar los contagios y para aplanar la curva. Pero esto ha sido imposible. “Las consecuencias de estas acciones van más allá de poner en riesgo a aquellos que salen sin control y hacen fiestas, etc., sino que también ponen en riesgo al personal de la salud que por la naturaleza propia de la pandemia, no tiene la opción de hacer teletrabajo.