La jornada se conmemora por primera vez mientras en el mundo se adoptan actitudes discriminatorias y actos de odio. “La diversidad cultural y la libertad de creencias forman parte del rico tapiz de nuestras civilizaciones”, afirma António Guterres, y llama al entendimiento y diálogo religioso.
En el mundo de hoy se siguen adoptando actitudes discriminatorias arraigadas y cometiendo actos de intolerancia y delitos de odio contra determinadas personas o grupos por el único motivo de su religión o creencias, su etnia, su género o su orientación sexual, dijo este jueves el Secretario General de la ONU.
Al celebrarse por primera vez el Día Internacional de la Fraternidad Humana, António Guterres aseveró “que esos actos infames suponen una afrenta contra los derechos humanos convenidos internacionalmente y contra los valores de las Naciones Unidas”.
“La diversidad cultural y la libertad de creencias forman parte del rico tapiz de nuestras civilizaciones”, puntualizó en su mensaje para la jornada.
Apología del odio
La efeméride fue proclamada en diciembre pasado por la Asamblea General de la ONU frente a la profunda preocupación debida a las acciones que hacen apología del odio religioso y de otro tipo y que socavan el espíritu de tolerancia y el respeto de la diversidad, especialmente en un momento en que el mundo se enfrenta a la crisis sin precedentes del COVID-19, que exige una respuesta mundial basada en la unidad, la solidaridad y la cooperación multilateral renovada.
En la resolución que establece la jornada internacional, el máximo órgano deliberativo “invita a todos los Estados Miembros a seguir promoviendo la cultura de paz para ayudar a hacer realidad la paz y el desarrollo sostenible, en especial celebrando los días internacionales, regionales y nacionales al respecto y movilizando los esfuerzos de la comunidad internacional con miras a promover la paz, la tolerancia, la inclusión, la comprensión y la solidaridad”.
Diálogo interreligioso
El Secretario General felicitó a los Emiratos Árabes Unidos y a Egipto por haber impulsado la resolución y aplaudió a todos los Estados copatrocinadores. También hizo referencia al documento “La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”, suscrita por el Papa Francisco y el Gran Imán Ahmad al-Tayyib en 2019, afirmando que esa declaración “es un modelo de armonía interconfesional y solidaridad humana”.
La ONU ha señalado que en la coyuntura actual hace falta la contribución que el diálogo entre todos los grupos religiosos puede aportar para que se conozcan y se comprendan mejor los valores comunes compartidos por toda la humanidad.
“En el Día Internacional de la Fraternidad Humana, comprometámonos a hacer mayores esfuerzos por promover la tolerancia, el entendimiento y el diálogo culturales y religiosos”, apuntó Guterres.
Más necesario que nunca
El alto representante para la Alianza de Civilizaciones se sumó al mensaje del líder de la ONU, al sostener que la conmemoración del Día Internacional de la Fraternidad Humana es hoy más necesaria que nunca considerando la fragmentación del mundo actual.
“No sólo nos enfrentamos a las ramificaciones de una pandemia, sino también al virus contagioso de odio, discriminación y racismo. El antídoto es la fraternidad humana que encarna la compasión, la solidaridad, la unidad y la mutua, el respeto”, puntualizó Miguel Moratinos.
Doble reconocimiento
En relación con esto, el Secretario General de la ONU es co-receptor de un premio inspirado en la declaración de 2019 firmada por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar.
Guterres y la activista marroquí-francesa Latifa ibn Ziaten recibieron el Premio Zayed a la Fraternidad Humana durante un evento virtual separado celebrado el jueves por la mañana desde Abu Dabhi, Emiratos Árabes Unidos.
En su discurso de aceptación, el Secretario General felicitó a Ibn Ziaten, quien trabaja para crear conciencia sobre el extremismo religioso, después de haber perdido a su hijo, Imad, en un ataque terrorista en 2012.
«Sus dedicados esfuerzos para apoyar a los jóvenes y promover el entendimiento mutuo, que surgen de una inmensa tragedia personal, han ganado admiradores en casa y más allá», dijo.
Guterres donará el premio de 500.000 dólares a la Oficina de la agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, «para reforzar sus esfuerzos indispensables en la protección de los más vulnerables de la familia humana: los desplazados por la fuerza».