POEMA
Estrellitas cifradas se escapan de las rocas
liberando las chispas de un antiguo poema
y al tocar las burbujas que todo lo transforman
giran en los vestidos las ondas del poniente
un sol flamante herido de belleza viviente
lanza una flecha áurea para extender un puente
Yo corro sin dudarlo a tu risa de aguas
y entro a la catedral donde empiezan las olas
me sumerjo en tu aliento de alas vaporosas
y escucho el despertar de los vientos danzantes
Tu mirada me guía desde todas mis células
entre los terciopelos cálidos y entrañables
Soy la luz de tu aurora porque tú me resuelves
soy el canto de plata que late en tu garganta
soy tus pies, tú mis huellas
soy tu ardiente sonido
una noche estrellada, un fuego entre las nieves
el pétalo que vuela perfumando los días
soy la sal en las velas
la corriente y el río.