Por Daniela Anomar
Año 2010. Comenzaba a levantarse el movimiento “Patagonia sin Represas” en la región de Aysén, Patagonia chilena. Centenares de personas se organizaban para desafiar al poder hegemónico y exigir el fin del proyecto hidroeléctrico. Entre esa multitud se encontraba Deisy Avendaño, quien, motivada por una amiga, decidió acompañarla y salir a protestar. Su amiga llevaba las consignas y de pronto, falló su voz. Fue ahí cuando Deisy decidió tomar el megáfono. Desde ese momento pasaría de ser una mera espectadora a transformarse en líder activista de la comunidad aysenina, hoy candidata a Constituyente, no por iniciativa propia, si no que impulsada y elegida por la misma comunidad, por tanto, representante auténtica del pueblo.
Coyhaiquina, activista socio ambiental, autodidacta, feminista, lesbiana, radialista, pionera con su banda Útero Lunátiko en la música femenina de la región, amante de los milacos y la feria de los sábados, Deisy Avendaño Avendaño, relata“Soy hija de madre soltera, comerciante y muy solidaria, tuve 4 figuras paternas, vivo con mi tío abuelo Armando, tengo pocos amigos y amigas, pero buenos, y mis herramientas vienen de las vivencias y las experiencias personales”.
Deisy decidió participar en la Convención Constitucional debido a que su nombre surgió en una encuesta de diversas Asambleas Territoriales. Reflexionó, pidió consejos a sus más cercanos y, al principio con miedo, decidió aceptar el desafío. Hoy es parte de la lista “A pulso por el buen vivir”, lista independiente que agrupa a distintos personajes de la región de Aysén, Distrito 27. “Estoy contenta de estar en esta lista por varias razones: es una lista independiente, recibimos mucho apoyo de los movimientos sociales y todo el programa que levantamos lo hicimos a través de las Asambleas que son parte de la construcción del tejido social”.
El ruido en una grieta
“Desde que tengo uso de conciencia y razón en el activismo, he anhelado este cambio tan profundo, lo grafico así: es como una represa que tiene una pequeña grieta y nosotros somos el tremendo ruido que viene a romper esta represa gigante que es la constitución ilegítima de Pinochet”.
Deisy participa hoy de diversos movimientos socio-ambientales y ha hecho de esta lucha, su motor de vida. “Sabemos que la nueva lucha que viene es por el nuevo oro: el agua”.
Chile es el único país del mundo donde el agua se puede privatizar. La Patagonia chilena y Argentina es la 3ra Reserva Mundial de Agua dulce en sólido. Es en esta tierra patagónica donde se sitúa la región de Aysén, en el extremo sur de Chile. “Las personas que vivimos en este territorio siempre estaremos con la amenaza de las empresas extractivistas porque tenemos este maravilloso bien común, mal llamado, recurso. También encuentras aquí una fauna que es única en el mundo, biodiversidad, humedales, por tanto, hay que admirar a este territorio no solamente por la belleza, si no porque tenemos y entregamos vida”.
Los principales problemas que aquejan a la región son las mineras, represas, salmoneras y forestales, y hoy resalta la extracción del pompón que son grandes reservorios de agua. “Los humedales son fundamentales para mantener el orden de la naturaleza, es como matar un pulmón de la tierra”.“Nos encontramoscon el asedio de grandes capitales extranjeros, pero también nacionales. No hay ningún tipo de fiscalización”. Un buen ejemplo es el empresario multimillonario Andrónico Lucksic, que ya posee una acumulación indiscriminada de territorios y a quien, hace poco, quisieron entrégarle la concesión para explotar el glaciar Montt. “Si no fuera por la gente del territorio lo más probable es que se la hubiesen entregado. Estamos hablando de familias que tienen historias de catástrofes debido a la minería, hidroeléctricas, salmoneras, etc.”.
Hace seis años que Deisy forma parte del movimiento latinoamericano MAR (Movimiento de Afectados por las Represas, que cubre toda Latinoamérica, parte de Europa, Estados Unidos, Canadá, y se está abriendo paso a más territorios como Arabia Saudita). “Lo que se plantea en este movimiento es: “energía para quién y para qué”, a quiénes empobrece y a quiénes enriquece, tenemos que empezar a preguntarnos estas cosas. La defensa de los territorios no es sólo para las personas que nacen en estas zonas, si no que también para quienes las habiten, las quieran y las acepten como su territorio. El haber viajado, conocido personas como la hija de Berta Cáceres que viene de una tremenda lucha, estar con compañeros, compañeras de las rondas campesinas de Perú que llevan casi 70 años luchando para darle vida digna a la gente del campo, y como estos, muchos otros movimientos que resisten juntos, Modatima también lo integra. Esto me ha servido para entender otras realidades, pero también para preguntarme cómo hacemos política en nuestro territorio”.
Sabiduría popular y tejido social
“A ver,mijita, ¿cómo no voy a saber yo de economía si gano $200.000 mil pesos y tengo que dividir mi sueldo para hacerlo calzar como si fuera un millón de pesos. ¿Qué me dicen que no sé de economía si tengo que distribuir mi plata para poder sobrevivir?”. Esto es a lo que Deisy se refiere con el concepto de sabiduría popular, ya que gran parte de su formación política viene de las vecinas y vecinos con los que creció, de su madre, su familia, sus amigos, amigas. “Aprendí a través de vivencias y experiencias personales, de carencias, de cambiar formas para entender la diversidad y lo que significa vivir entre tantas personas con diferentes miradas políticas, maneras de sentir el cuerpo, de reconocernos entre personas, mujeres, disidencias, hablar de lo que nos pasa. Cosas que no te da la Academia, a eso me refiero con esa sabiduría popular”. “Hay una invisibilización de lo que pasa en las poblaciones. Hay que empezar por los espacios más precarizados, más sometidos, donde la palabra dignidad no hace sentido porque tienes todos los días que sobrevivir. Somos la gran masa que mueve este país, de las que se sirve este sistema y a mí el grado de conciencia me llegó cuando me di cuenta de que también era parte de esta masa de personas oprimidas”. “La población está súper estigmatizada, siempre se habla de lo malo, del tráfico, la delincuencia, los asaltos, pero no se habla de las cosas buenas, el compartir, las ollas comunes, la conversación con personas adultas, niñas, niños, hay una riqueza, un afecto tremendo. Son los sectores pobres que levantan la solidaridad cuando hay una catástrofe, cuando a un vecino, vecina se le quema la casa, etc.”
Por otra parte, Deisy también nos habla de la sabiduría ancestral que tiene directa relación con su lucha por la tierra y el medioambiente, “La sabiduría ancestral está olvidada en todas las cosas que hacemos y la sociedad mundial está tratando de volver a eso, a nuestras abuelas, abuelos”. “El construir tejido social tiene que partir de ahí. Construir tejido social involucra compromiso, no solamente la etiqueta de yo sí soy activista, es entregar tiempo, compartir con otras personas que no tienen las herramientas, es escuchar, que incluso a veces te insulten porque no están bien informados, porque no saben lo que ocurre afuera, es tolerancia y es aprender. La educación popular es la única forma de romper las cadenas”. “Hay veces que me achaco mucho, ver todos los días cosas negativas, pero cuando estoy con esas penas trato de ver el vaso lleno. En mi vida el vaso lleno ha sido crear grandes redes que te permiten sentirte apoyada, querida cuando estás sola. También ver la hermosa majestuosidad que tiene la tierra. He tenido experiencias hermosas con la tierra ya que veo las montañas, veo los ríos libres, cómo no voy a querer ser parte de este cambio si tengo toda esta hermosura que nos rodea”.
Cuerpo, agua, tierra y mujer
“Este sistema se sirve de la explotación del cuerpo de la mujer, y si uno lo quiere extrapolar con la tierra, somos las mujeres y la tierra quienes siempre hemos estado en defensa, pero hemos sido invisiblizadas. Las mujeres entendimos todo esto hace muchos años, que somos el primer cuerpo que debemos liberar de esta explotación”. “El rol de tener una doble militancia por ser mujer, lesbiana, no lo entendía hace tanto tiempo, lo entendí hace poco. “Nos pintan que la mujer está separada de las luchas territoriales ya que la sociedad patriarcal y machista nos posiciona detrás de…eso es históricamente así pero cuando te empiezas a informar, reflexionar, te das cuenta que las mujeres están dando la cara y los hombres se llevan las flores. Dentro de todos los movimientos que he visto, las mujeres y las disidencias se están empoderando. Estoy contenta porque por fin se ha comenzado a hablar de feminismo. Hay que tomarnos los espacios, no sólo los políticos institucionales si no que de la defensa del territorio que es otra forma de hacer política, que se confunde con la política partidista”.
Deisy conduce también, junto a una compañera patagona, el programa radial llamado “Tortillando en la Patagonia” programa lesbofeminista donde entrevistan a mujeres de diversas ramas, comparten datos históricos sobre mujeres que han cambiado la historia, recomiendan películas, libros, música hecha por mujeres y disidencias sexuales. “En un momento de mi vida comencé activar la causa de las disidencias, pero encontré que era más urgente el lado de la tierra. Ahora con todo lo que está ocurrido, feminicidios, crímenes de lesbo-odio, mucha disidencia está muriendo, me llegó la causa de golpe. Me pregunté ¿Me seguiré activando sólo como mujer o también como lesbiana?” Cuando hablamos de disidencias hablamos no solamente desde el género, si no de estar fuera de las normas”.
Después de reflexionar y responderse a estas preguntas fue cuando Deisy, no hace mucho tiempo, decidió comenzar a visibilizar esta opresión sobre todo porque su liderazgo y su posición se lo permitían y exigían. “A veces una tiene espacio para hablar de esto, hay compañeras que no lo tienen. La región de Aysén es muy machista, tiene una tendencia cultural campera y hablar hoy de lesbianismo se puede, pero cuando crecí era muy tabú, muy complejo, muy difícil decir «me identifico como lesbiana». Es muy duro enfrentar esto en una sociedad doble machista como lo es aquí en la región, pero estamos avanzando ya que la juventud de hoy tiene más chispa, le da lo mismo lo que piense el resto, salen del closet sin preguntarle a nadie como siempre debió haber sido”.
Hoy en la región, gracias a las semillas que han sembrado activistas feministas, se levantan espacios y grupos que se enfrentan cara a cara con las intolerancias desafiando así a la sociedad. Se pueden observar hoy colectivos y más activismo en las calles. “Nos posicionamos políticamente para hacer cambios radicales porque podemos hablar mucho, pero hay que volverlos carne, cómo materializamos esos cambios. Ahora en el proceso de una nueva Constitución tenemos que sí o sí instalar a las disidencias sexuales”.
Constituyente reivindicativa
“Con esto estoy demostrando que se puede, porque en algún momento nos han dicho, las lesbianas, las disidencias, los pobres, no podemos generar cambios por nuestra condición o nuestra forma de querer habitar nuestro cuerpo. También nos han dicho a las personas que somos de población que no tenemos las herramientas ni capacidades, bueno, yo estoy demostrando que sí podemos, podemos todas y todos. Es un llamado para que la gente se posicione en los puestos que considere que son para definir cómo queremos vivir en sociedad o cómo queremos habitar en armonía con la tierra. Es un tapabocas para toda esa discriminación y estigmatización que nos han inculcado siempre de que los “menos”, somos muchos, de que las mal llamadas minorías sí tenemos muchas cosas que decir y muy importantes, que van a generar cambios, no solamente en esta coyuntura política si no que en el territorio donde nos toque vivir. Hay que tomarse los espacios de poder, sobre todo si somos personas que siempre nos han derivado al olvido, que nos han dicho que no podemos opinar por el simple hecho de nacer en cierto estatus social o por cómo decidimos habitar nuestro cuerpo”.
La lista “A pulso por el Buen Vivir”, trabaja de forma colectiva. Las propuestas son acordadas en Asambleas, sin embargo, cada uno, una, tiene su propia forma de plantear los cambios que desea. “Tiene que ser una Constitución feminista, disidente y multicultural, donde predomine por sobre todo el cuidado de la tierra, el vivir en armonía. “Si no existe el agua, por ejemplo, no existe el planeta, no existe la humanidad. El planeta va a volver a regenerarse, pero nosotras, nosotros, no. La primera lucha es el agua. También hay que enlazar esto con la liberación del cuerpo de la mujer”.
Ser parte de la historia
“Es muy lindo ser parte de la historia, es algo único. No obtuvimos la Asamblea constituyente pero vamos a encaminarnos para que sea así sea. Por eso me siento alegre pese a todas las cosas que tenemos en contra y todas las que vamos a tener, porque Chile habló en el estallido social de que el sistema no da para más, de que no era nada de que los jóvenes no están ni ahí, no fue algo como que se nos ocurrió salir a protestar si no que el sistema está corrupto. La gente hoy tiene conciencia de eso y está apostando a un nuevo proceso político a través de este cambio constitucional que esperamos lograr a partir del 11 de abril.