Hoy viernes 16 de  Abril 2021 empezó con videoconferencia mundial el 8° Simposio Internacional del Centro Mundial de Estudios Humanistas: Un nuevo humanismo para un mundo nuevo – intercambios plurales desde un mundo en crisis”. El  simposio se  trasmite en canales Youtube dedicados.

Todos los detalles se pueden ver en el Programa en la Web: http://2021.worldsymposium.org/program

A continuación las palabras de Luis Felipe Guerra en la sesión de apertura:


Buenos días, buenas tardes.

Les damos la bienvenida a todas y todos al 8º Simposio Internacional del Centro Mundial de Estudios Humanistas.

Esta edición del simposio se titula “Un nuevo humanismo para un mundo nuevo – Intercambios plurales desde un mundo en crisis”, porque pretende vislumbrar, o incluso esbozar, el futuro con una perspectiva humanista pluralista, acorde con el mundo múltiple e inclusivo en que queremos vivir: “múltiple en etnias, idiomas y costumbres; múltiple en localidades, regiones y autonomías; múltiple en las ideas y aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad”, como se dice en el Documento del Movimiento Humanista1.

De hecho, a lo largo de la historia, el humanismo ha asumido diferentes expresiones, teniendo siempre en común, más que una cierta filosofía, una actitud humanista básica, basada en seis puntos centrales, que inspiraron el entorno social y la actividad humana de su época: 1) el posicionamiento del ser humano como valor y preocupación central; 2) la afirmación de la igualdad de todos los seres humanos; 3) la defensa de la libertad de ideas y creencias; 4) el reconocimiento de la diversidad personal y cultural y la oposición a todas las formas de discriminación; 5) la tendencia a llevar el conocimiento más allá de lo que se establece en cada momento como verdad absoluta; y 6) el repudio a la violencia.

Es esta actitud humanista y los «momentos humanistas» que ha proporcionado en cada cultura, aunque en diferentes momentos históricos, que posibilitan el diálogo constructivo entre los diversos humanismos y es con esta disposición que el Centro Mundial de Estudios Humanistas (CMEH) organiza este simposio, abriendo canales de intercambio entre la corriente de pensamiento a la que adhiere, conocida como Humanismo Universalista, y todas las fuerzas e individuos progresistas que se sienten, de alguna manera, humanistas.

Sin embargo, este simposio no surge de la nada, es la más reciente etapa de un proceso iniciado en 2008, con el primer Simposio, que tenía por título «La Ética en el Conocimiento» y celebrado en el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas (Argentina), al que sucedieron las siguientes ediciones:

– En 2010 tuvo lugar el II Simposio, con el título «Fundamentos de la Nueva Civilización», que se realizó en los Parques de Estudio y Reflexión, Punta de Vacas (Argentina), Attigliano (Italia), Manantiales (Chile), La Reja (Argentina) y Aloasí (Ecuador), interconectados unos con otros.

– En 2012 tuvo lugar el III Simposio, titulado «Un nuevo humanismo para una nueva civilización», que tuvo dos sedes, una en el Parque de Estudio y Reflexión de Toledo (España) y la otra en el Parque de Estudio y Reflexión La Reja (Argentina), ambas en la entrada de la primavera en cada uno de los hemisferios, norte y sur, respectivamente.

– En 2014, fue el turno del IV Simposio, con el título «Hacia el descubrimiento del ser humano – Del mundo de lo establecido a la libertad», organizado en el Parque de Estudio y Reflexión de Attigliano (Italia) y en la Universidad de Santiago (Chile), en dos momentos diferentes, en los mismos términos que el anterior.

– En 2016 se celebró el V Simposio, que tuvo como título «La revolución humana necesaria», en el Parque de Estudio y Reflexión de Attigliano (Italia) y en la ciudad de Asunción (Paraguay), también con sesiones desfasadas en el tiempo, similares a las ediciones anteriores.

– En 2018, el 6º Simposio, titulado «Labrando Nuevos Caminos», tuvo lugar en el Centro Cultural La Moneda de Lima, en la ciudad de Lima (Perú).

– En 2019 tuvo lugar el VII Simposio, con el título «El futuro, un mito a construir – El camino hacia la nación humana universal», que tuvo lugar en las ciudades de Roma, Attigliano y Florencia (Italia) y en Oporto (Portugal), el primer día sincronizado y, el segundo día, con programas locales.

Así llegamos hasta aquí.

A pesar de la experiencia del simposio anterior, este es el primero que hacemos de una manera totalmente sincronizada entre todos los continentes y países, a escala mundial, adaptándonos a las circunstancias establecidas por la pandemia llamada Covid-19 y aprovechando el desarrollo de las tecnologías de comunicación a distancia.

Sin embargo, esta opción tiene perfecto sentido, ya que la humanidad vive hoy en una situación similar en todas las partes del mundo.

De hecho, la pandemia aceleró el proceso de mundialización que ya estaba en marcha, creando una situación existencial muy similar para todos los seres humanos, independientemente de su ubicación, a pesar de las diferentes condiciones materiales de cada lugar.

En este sentido, escribimos hace aproximadamente un año que, y cito: «Debido al confinamiento y al silencio físico que hoy rodea a gran parte de la población, las percepciones internas ocupan mayor espacio mental y caemos en cuenta de anhelos y deseos postergados, apareciendo a veces mucha creatividad y también a veces, contradicción y violencia.

Ante la proximidad de la muerte, emergen como prioridades la vida y la salud individual, así como la de otros. Se hace evidente la importancia del conjunto, a través del cuidado y la solidaridad, y todo esto está haciendo retroceder al individualismo.

Es en presencia de la finitud cuando se derrumban las creencias. Suceden cosas que nunca creímos que podían suceder, y aparece cierto vacío que hace que podamos ver la realidad de otra manera.

(…)

El futuro, que se ha tornado imprevisible, nos invita a elaborar nuevas respuestas, abandonando la perspectiva lineal del pasado.

Las imágenes oscuras sobre el futuro se suceden a diario, pero aparece la oportunidad de producir cambios significativos en la propia vida”.2

«(…)

En el plano social nos encontramos con un paisaje nunca visto, que hoy es visto por todos.

La máquina infernal que era este sistema, aparentemente invencible, comienza a resquebrajarse. Los engranajes de la economía se atascan, y se ve amenazado el sistema de relaciones sociales y económicas. Se abre la oportunidad de un cambio, una ventana hacia un nuevo amanecer».3

«(…)

¿Qué sucederá después que se detenga la pandemia?

Seguramente, habrá una pugna entre quienes quieren lograr un cambio de sistema y las élites que tratarán de mantener sus privilegios. Los humanistas estamos entre los primeros. Aspiramos a una Nación Humana Universal.

El proyecto de la Nación Humana Universal podrá concretarse en la medida en que el ser humano se constituya como valor central. Este es un cambio que debe producirse en la conciencia de amplias capas de la población, de manera que las diferencias étnicas, nacionales, ideológicas, confesionales, de clase social, etc., se conviertan en factores secundarios frente a la esencial igualdad que supone el pertenecer a la especie humana.

Creemos que los eventos que están ocurriendo en estos días favorecen el proceso de cambio mencionado, pues por una parte paralizan las urgencias de todos los días, posibilitando un estado de reflexión, y por otra parte ponen en evidencia que se trata de una experiencia y una amenaza común para todos los seres humanos, independientemente de las diferencias que pueden existir entre unos y otros.

Se abre la posibilidad de un cambio con dirección humanizadora»4

Es en esta posibilidad de cambio que seguimos apostando, aunque después de un año se pueden ver con más claridad las dificultades de este proceso, pero también su necesidad apremiante.

¿Qué necesita el ser humano para concretizar esta transformación tan anhelada por tanta gente?

Desde luego, necesita reencontrar el sentido personal y colectivo que da dirección y significado a su proceso histórico: la superación del dolor y el sufrimiento como condición para la continuación de su proceso evolutivo.

Concomitantemente, necesita cambiar el estilo de vida aún dominante, marcado por el individualismo, la competencia y el consumismo, por otro que abrace «el respeto a la diversidad, los derechos, las opiniones y los intereses de los demás, por el repudio a la violencia y a la explotación, por la intención de mantener relaciones armoniosas con la naturaleza y la sociedad, por el afán de profundizar sus conocimientos y ampliar y perfeccionar sus habilidades«.5

Y, por último, necesita construir un modelo social diverso que traduzca y acoja estas profundas aspiraciones, a nivel político, económico, jurídico y cultural, y que sea coherente, solidario, inclusivo y sostenible, sin alienar la riqueza de la subjetividad de todo ser humano.

Este paso evolutivo no se hace sin un «despertar» individual y colectivo, un salto en el nivel de conciencia que permita a la humanidad eludir la violencia de los deseos más groseros, que han causado destrucción y muerte, y guiarse por aspiraciones más elevadas.

Sin embargo, este salto no es posible sin una intención clara y permanente o una necesidad fuerte, así que no es suficiente la mera mecánica de los acontecimientos para provocarlo.

No ignoramos que el tema del «hombre nuevo» fue, de alguna manera, el origen de los grandes totalitarismos del siglo XX, corrompiendo la propuesta nietzscheana del «superhombre», y afirmamos, por lo tanto, nuestro compromiso con la metodología de la no violencia activa, aspirando a persuadir y reconciliar, y a tratar a los demás como queremos ser tratados, como es propio del buen conocimiento.

En vista de lo anterior, este simposio es adrede transdisciplinario, tratando de abarcar toda la complejidad humana, desde la realidad más interna hasta la más externa, desde la esfera personal a la social, desde el microcosmos hasta el macrocosmos, desde la materialidad de la existencia cotidiana hasta la trascendencia de los tiempos eternos y los espacios infinitos.

En este sentido, las actividades del simposio se dividen en trece ejes temáticos: El Humanismo en el momento actual; Nuevo humanismo, Posthumanismo y Transhumanismo; Superación de la violencia; Reducción del armamento y eliminación de las armas nucleares; Crisis climática: propuestas de salida a partir de una mirada de la ecología social; Economía para la Libertad; La cuestión de género en un nuevo mundo; Salud; Hacia una educación humanizadora; Conciencia y mundo; Trascendencia y espiritualidad; Hacia nuevos estilos de vida; y Visiones Futuras.

Los ejes temáticos antes mencionados representan propuestas para la reflexión e intercambio de ideas y experiencias, formuladas con la intención de obtener imágenes orientadoras para la Nación Humana Universal, tema central de la reunión plenaria con la que cerraremos el Simposio.

Como podrán ver en el programa, las actividades se llevan a cabo en tres salas virtuales (Zoom 1, Zoom 2, Zoom 3) y muchas de ellas ocurrirán simultáneamente y secuencialmente, permitiendo tanto la elección del tema que despierte más interés, así como la circulación en varias sesiones, extendiéndose en una franja horaria que busca abarcar diversas longitudes.

Sin embargo, al igual que con esta sesión de apertura, hay algunas sesiones que tienen lugar diariamente en una franja horaria central, la cual permite conciliar varios husos horarios, para que se puedan seguir en exclusivo.

Por todo lo anterior, estoy seguro de que hay muchas razones de interés para acompañar este simposio durante estos tres días de duración y que se presentarán y debatirán muchas ideas inspiradoras para la vida cotidiana y para el futuro de todos y de cada uno.

Sólo me resta agradecer la conmovedora invitación para hacer esta comunicación de apertura, y también la participación de todas y todos, deseando que detrás del rectángulo que enmarca el rostro de cada uno en la pantalla de la computadora, se registre profundamente el sentimiento de fraternidad que nos acerca y nutre el proyecto de la Nación Humana Universal, diversa y convergente en construcción.

¡Buen trabajo!

¡Paz, fuerza y alegría para todas y todos!

Nada más, muchas gracias por vuestra atención.

Luís Filipe Guerra

 

1 Silo. Obras Completas, Vol. I: Cartas a Mis Amigos. www.silo.net

2 Documento del Centro Mundial de Estudios Humanistas sobre la pandemia COVID-19. Autores varios. www.cmehumanistas.org

3 Idem

4 Ibidem

5 Silo. Obras Completas, Vol. II: Diccionrio del Nuevo Humanismo. Estilo de Vida. www.silo.net