Argelia acusa a Marruecos y el régimen de ocupación de Israel de estar detrás de dolorosos incendios forestales y los actos hostiles en este país norteafricano.
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, encabezó el miércoles una reunión extraordinaria del Consejo Supremo de Seguridad, dedicada a evaluar la situación general del país tras los reciente hechos trágicos y las hostilidades en curso de Marruecos y su aliado israelí contra Argelia, informa el sitio web argelino echorouk.
Según un comunicado enviado por el citado Consejo, luego de que los servicios de seguridad presentaran un resultado de los daños humanos y materiales causados por los incendios en algunos estados, Tebboune instruyó a todos los sectores a dar seguimiento a la evaluación de los daños y atención de los afectados.
Además, la nota enfatiza que las organizaciones terroristas Al-Mak y Rashad tuvieron papel tanto en los incendios como en el asesinato del joven argelino Jamal bin Samain.
En este contexto, el Consejo Supremo de Seguridad decidió que los servicios de seguridad intensificaran sus esfuerzos para detener al resto de los involucrados en los dos crímenes, y a todos los afiliados a los dos grupos terroristas, que amenazan seguridad pública y unidad nacional, en particular Al-Mak, que recibe apoyo y asistencia de partidos extranjeros, especialmente Marruecos y el régimen israelí.
“Los incesantes actos hostiles perpetrados por Marruecos contra Argelia han hecho necesaria la revisión de las relaciones entre los dos países y la intensificación de los controles de seguridad en las fronteras occidentales”, se lee en el texto.
Las difíciles relaciones bilaterales —desde el cierre de sus fronteras terrestres en 1994— volvieron a tensarse a principios de junio después de que Tebboun visitase al mandatario de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y agradeciese a España el gesto humanitario al acogerle tras dar positivo por el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
El Sáhara Occidental es una zona en litigio entre Marruecos y el Frente Polisario desde 1975, año en el que, tras la realización de la llamada Marcha Verde, el territorio dejó de ser una colonia española. A partir de dicha fecha, el Frente Polisario y Marruecos se disputan ese territorio y se producen constantes denuncias de violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte del Gobierno marroquí.
El 10 de diciembre de 2020, el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, informó de la normalización de lazos entre Rabat y el régimen de Tel Aviv, a cambio del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Trump sobornó a Marruecos para que normalizara sus lazos con Israel
La normalización de las relaciones entre Marruecos e Israel, a cambio del reconocimiento estadounidense de la “soberanía” marroquí sobre este territorio, ha agudizado aún más las tensiones con Argelia, que ha denunciado “maniobras extranjeras” destinadas a desestabilizarlo.
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