Ana María Quiñenao Coliman es mapuche. Junto con su familia ha emprendido una lucha para defender su territorio ancestral. Una empresa privada ha usurpado sus tierras, ha cercado sitios sagrados y cementerios y empezó a talar el bosque milenario que allí se alberga.
Ella vive en Pucón, una comuna de la provincia de Cautín situada en la Araucanía, en la zona sur de Chile. Un lugar privilegiado por la naturaleza, a los pies de un volcán majestuoso llamado Rucapillan por el pueblo mapuche y Villarrica por el huinca (1). La mujer es artesana, defensora del agua y la naturaleza, y pertenece al lof Marta Cayulef.
El Lof es la forma básica de organización social del pueblo mapuche. Consiste en un clan familiar o linaje que reconoce la autoridad de un lonko o cacique (2). Marta Cayulef fue hija del último cacique de la zona, una mujer importante económica y políticamente en ese territorio, heredera del título de merced que hoy sus descendientes defienden.
Los títulos de merced son documentos que fueron entregados entre 1884 y 1929 a las comunidades mapuche al ser reubicadas durante el proceso de ocupación de La Araucanía. Es un reconocimiento del Estado chileno de que esos terrenos les pertenecen previamente. La Comisión Radicadora de Indígenas otorgó casi tres mil documentos a familias de las provincias del Biobío, Arauco, Malleco, Cautín, Valdivia y Osorno. Foto: mapuexpress.org
“Nuestro lof está defendiendo sitios sagrados: dos Eltun (2), dónde están los restos de nuestros antepasados y los de otras comunidades o de personas que pasaban por la zona; un nguillatuwe (3) al que asistían comunidades de muchos territorios; un kurrewen wur wur (4), un treng treng (5); el bosque y el lawen que hay ahí… son parte de nuestra cultura, para nosotros muy importante, siendo además el único bosque que va quedando en la zona”.
–Ana María Quiñenao Coliman
El conflicto: origen y derivaciones
Luis Eltit Zerene y su familia son inmigrantes palestinos que llegaron a la zona y fueron acogidos por los abuelos de Ana María –Delfina Millahuan y Antonio Coliman–, quiénes les ayudaron a instalarse. Con el tiempo, los inmigrantes lograron dinero y poder mediante un sistema de usura denominado «libreta de fiado». Así consiguieron adueñarse de gran parte de las tierras de esta familia, reclamando una supuesta deuda por mercaderías mediante amedrentamientos a Antonio Coliman, una persona analfabeta de 82 años en ese entonces.
El reclamo del lof Cayulef tiene años y al ver que los procesos de negociación con el Estado no han dado frutos, empezaron a abrazar el objetivo de lograr la autonomía del pueblo mapuche, unificado su territorio –el Wallmapu– independiente de Chile.
Unión ante la adversidad
El desafío los ha unido en primera instancia como hermanos y como familia, se han fortalecido para afrontar los atropellos y la violación de sus derechos, y han logrado el apoyo de muchas personas que valoran la importancia de rescatar y proteger la zona, que está siendo arrasada diariamente.
“Las raíces se van haciendo cada día más fuertes y profundas, nos vamos uniendo en una lucha que suma a muchas personas, loncos y otras comunidades», relata Ana María. Integrar a la gente no mapuche aumenta la fuerza y la conciencia sobre el valor de la tierra, el agua, el bosque, el aire y la cultura, que tanto mapuches como no mapuches dejarán a las generaciones futuras. “La integración aúna fuerzas y conocimientos”, remarca.
“Por mucho tiempo fuimos una cultura muy cerrada, pero si queremos defender nuestros derechos, la gente tiene que conocer quienes somos”.
–Ana María Quiñenao Coliman
Un legado para las generaciones por venir
El lof Cayulef espera recuperar su territorio para la tranquilidad de sus futuras generaciones como para el descanso de sus ancestros, que allí están enterrados. Esta pequeña comunidad, integrada en su mayoría por mujeres, cree que la protección del bosque y los sitios sagrados sería un valioso legado para la zona. Ana María Quiñenao Coliman considera que la naturaleza y la historia tienen una profunda importancia, como también defender, transmitir y fortalecer las raíces que le unen a una tierra que le vio nacer, y que fue arrebatada de mala forma.
“Sería muy importante para nuestras futuras generaciones dejarles un legado, un patrimonio y un bosque protegido”.
–Ana María Quiñenao Coliman
Reportaje: Jimena Sanhueza / Corresponsales para la defensa del territorio
Notas:
1. Huinca: persona de raza blanca en mapudungún, idioma mapuche.
2. Lonko: jefe o cabeza de una comunidad mapuche, el cargo tiene aspectos políticos, administrativos y religiosos.
3. Eltun: cementerio.
4. Nguillatuwe: espacio abierto circular donde se realiza una de las ceremonias más importantes del pueblo Mapuche conocida como el Nguillatun.
5. Kurrewen Wurwur: lugar donde nacen los bebés.
6. Treng Treng: lugar donde se dejan las ofrendas después de las ceremonias.