El gobierno cubano anunció planes avanzados para suministrar 200 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 de producción nacional al Sur Global, que el jefe de la delegación de la Internacional Progresista en el país caribeño calificó de «salvavidas».
por Internacional Progresista
Rolando Pérez Rodríguez, Director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma; Olga Lidia Jacobo-Casanueva, Directora del Centro de Control Estatal de Medicamentos y Dispositivos Médicos (CECMED); Ileana Morales Suárez, Directora de Innovación Científica y Tecnológica, Ministerio de Salud Pública, Cuba, Coordinadora del plan nacional de vacunación contra el Covid-19, se dirigieron y aceptaron las preguntas de periodistas, fabricantes de vacunas, expertxs en salud pública y representantes políticxs de otros países.
A pesar del embargo de EE. UU., Cuba cuenta con financiación suficiente, incluida la del Banco Centroamericano de Integración Económica, para producir los 200 millones de dosis. Ayer (lunes 24 de enero), en una rueda de prensa en La Habana, el Dr. Vicente Vérez Bencomo, Director General del Instituto Finley de Vacunas, dijo que «podrían producirse 120 millones de dosis en un solo año».
En la rueda de prensa, el gobierno cubano anunció su plan para hacer llegar estas dosis a los brazos de quienes las necesitan en el Sur Global, incluyendo:
- Precios solidarios para las vacunas contra el Covid-19 para los países de bajos ingresos;
- Transferencia de tecnología cuando sea posible para la producción en los países de bajos ingresos;
- Ampliación de las brigadas médicas para crear capacidad médica y formación para la distribución de vacunas en los países asociados.
La rueda de prensa fue organizada por la Internacional Progresista en respuesta a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó de «tsunami» de nuevos casos de Covid-19 que se abatieron sobre el mundo a principios de 2022, una cifra récord desde que comenzó la pandemia en 2020, en medio de una situación que el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Gheybreysus, calificó de «apartheid de las vacunas». El impacto del Covid-19 ha sido violentamente desigual: el 80% de lxs adultxs de la UE están totalmente vacunadxs, pero sólo el 9,5% de las personas de los países de bajos ingresos han recibido una sola dosis de la vacuna.
1. Precios solidarios para las vacunas contra el Covid-19 para los países de bajos ingresos:
- Cuba ya ha vacunado a su propia población, y más del 90% ha recibido al menos una dosis de la vacuna de fabricación nacional.
- Las desigualdades de precios han plagado el panorama de las vacunas contra el Covid-19. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) analizados por The Independent muestran que los gobiernos de los países con menores ingresos están pagando un precio medio de 6,88 $ (5,12 £) por dosis de vacunas contra el Covid. Antes de la pandemia, los países en vías de desarrollo pagaban un precio medio de 0,80 $ por dosis para las vacunas que no eran contra el Covid, según las cifras de la OMS. Sudáfrica se ha visto obligada a comprar dosis de la vacuna de Oxford-AstraZeneca a un precio 2,5 veces superior al pagado por la mayoría de los países europeos. Bangladesh y Uganda también han pagado más que la UE por la vacuna.
- COVAX, la iniciativa mundial de adquisición de vacunas destinada a garantizar un suministro subsidiado de vacunas a los países más pobres, se ha quedado repetidamente por debajo de sus objetivos y, en septiembre de 2021, anunció una reducción del 25% de su suministro de vacunas previsto para 2021.
- Cuba ha enviado donaciones a los países que han solicitado ayuda con las vacunas contra el Covid-19, incluyendo recientemente a Siria y San Vicente y las Granadinas. Además, ha exportado dosis y ha negociado acuerdos de transferencia de tecnología con otros países, como Argentina, Irán, Venezuela, Vietnam y Nicaragua.
2. Transferencia de tecnología cuando sea posible para la producción en los países de bajos ingresos:
- Cuba está en conversaciones con más de 15 países sobre la producción en sus países.
- Las vacunas de Cuba utilizan una plataforma tecnológica de subunidades proteicas, basada en antígenos proteicos, lo que facilita su producción a escala y su almacenamiento, ya que no requieren temperaturas de congelación.
- Es probable que la oferta de Cuba encuentre muchos compradores interesados, muchos de los cuales han sido rechazados por las grandes empresas farmacéuticas. John Fulton, portavoz del fabricante canadiense Biolyse, dijo:»Estoy interesado en esta presentación porque Cuba presenta un modelo único de internacionalismo de las vacunas. Estoy deseando saber qué oportunidades pueden existir en relación con la transferencia de tecnología para la producción de vacunas contra el Covid-19 para las naciones con menores ingresos». Biolyse ha intentado solicitar una licencia obligatoria a través del Régimen de Acceso a los Medicamentos de Canadá, específicamente para la vacuna de Johnson & Johnson/Janssen.
- El mes pasado, expertxs identificaron más de 100 empresas de África, Asia y América Latina con potencial para producir vacunas de ARNm, urgiendo a los gobiernos de EE. UU. y Alemania a obligar a sus empresas farmacéuticas a compartir la tecnología. Sin embargo, no se ha producido ningún avance y, a principios de año, la Organización Mundial de la Salud se lamentó de que «la falta de intercambio de licencias, tecnología y conocimientos técnicos por parte de las empresas farmacéuticas hacía que se desaprovechara la capacidad de fabricación».
- BioCubaFarma, la organización estatal cubana de biotecnología, ha estado en estrecho contacto con representantes de la OMS para obtener el estatus de precalificación para sus vacunas contra el Covid-19, algo que esperan hacer en 2022. Está previsto entregar a la OMS un expediente completo de datos a principios de febrero. Además, Cuba tiene previsto trabajar con las agencias reguladoras nacionales de todos los países interesados en adquirir las vacunas cubanas.
3. Ampliación de las brigadas médicas para crear capacidad médica y formación para la distribución de vacunas en los países asociados:
- Cuba tiene previsto enviar sus Brigadas Henry Reeve a los países que necesiten apoyo para la distribución de vacunas, tanto para su despliegue inmediato como para la formación de personal a largo plazo.
- Las disparidades en la capacidad de distribución de las vacunas están obstaculizando la capacidad de los gobiernos para garantizar un rápido despliegue de las vacunas contra el Covid-19 en muchos países de bajos ingresos. Según la organización humanitaria internacional CARE, el costo de la distribución de vacunas en los países en vías de desarrollo ha sido enormemente subestimado por donantes internacionales, lo que ha provocado que muchas dosis donadas queden en espera de llegar a los brazos. Kate O’Brien, directora de vacunas de la OMS, ha declarado que la financiación de la distribución «es absolutamente un problema que estamos experimentando y que escuchamos de los países».
- Cuba tiene un historial de éxito en este enfoque: En 2014 y 2015, médicxs cubanxs trabajaron contra el ébola en Liberia, Sierra Leona y Guinea, reduciendo las tasas de mortalidad de sus pacientes del 50% al 20%, e introdujeron un programa de educación preventiva para detener la propagación de la enfermedad. En enero de 2015, Cuba había formado a más de 13.000 personas para hacer frente al ébola en 28 países africanos, además de 68.000 personas en América Latina y 628 en el Caribe. Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, unos 40 países de los cinco continentes han recibido médicxs cubanxs.
- La oferta de asistencia técnica es muy prometedora para los países en desarrollo, ya que muchos han pasado a centrarse en la creación de sólidas industrias biotecnológicas nacionales. En la Cumbre de la Internacional Progresista, Anyang’ Nyong’o, gobernador del condado keniano de Kisumu, invitó a Cuba «a venir a Kenia para compartir tecnología y ampliar la producción de las vacunas candidatas que están desarrollando».
La rueda de prensa sigue a la Cumbre de la Internacional Progresista por el Internacionalismo de las Vacunas, de cuatro días de duración, celebrada en junio de 2021, en la que se proclamó un «nuevo orden internacional de la salud» y en la que participaron los gobiernos nacionales de Argentina, México, Bolivia, Cuba y Venezuela, así como los gobiernos regionales de Kisumu (Kenia) y Kerala (India), junto con líderes y lideresas políticxs de 20 países.
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