Por Karla Ivonne Mijangos Fuentes
Desde hace unos días, los mensajes en el interior de las redes sociales se han plasmado en un tsunami de reclamos, cuestionamientos y sentires de diversos profesionales de la enfermería en México.
Los murmullos y susurros que invaden dichas redes sociales tienen un nombre y una causa en común, específicamente, el abandono silencioso y casi pronunciado de los integrantes que conformaban la Comisión Permanente de Enfermería (CPE), quienes han sido sustituidos por un nuevo cuerpo colegiado, el cual nadie conoce, muchos suponen y otros más deducen, debido a que no ha habido una designación oficial y nacional de los nuevos integrantes, así como la pronunciación del informe oficial de los antiguos dirigentes.
Para entender mejor la situación sobre lo que ocurre en México, cabe mencionar que la CPE se conformó en el acuerdo del 25 de enero de 2007, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) como el órgano rector en enfermería, quien desde su posicionamiento formal en la Secretaría de Salud define los lineamientos que regulan la práctica y formación profesional de las enfermeras y enfermeros en México (Secretaría de Salud, 2007).
Es así que, la CPE en México es la instancia más importante porque representa a la enfermería a nivel nacional e internacional, y es a través de este órgano rector que se hace efectiva la coordinación interinstitucional y el trabajo regulado y vinculado a propósitos educativos, asistenciales y sociales, por ende, su misión es ser un grupo académico asesor a nivel nacional en lo que a enfermería se refiere. (Secretaria de Salud, 2007; PAHO, 2011).
Este organismo gubernamental se pensó desde una democratización de las políticas de salud, debido a que el personal de enfermería representa más del 50% del total de personal de salud. Hasta el 2017 se tenían registradas en el portal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) un total de 300,000 enfermeras y enfermeros para brindar atención a más de 100 millones de mexicanos y, de los cuales, el 85 por ciento se corresponde con la población femenina.
En este sentido, se hace la precisión que, siendo el personal con mayor población dentro del sistema de salud, era el que menos capacidad de agencia tenía en la institucionalización de políticas públicas en materia de salud y cuidado. Es por ello que la instauración de la CPE se daba a conocer como un acuerdo que conciliaba el agenciamiento enfermero en la protección y promoción de salud de la población mexicana, sin embargo, en la elección de los integrantes de dicho organismo seguía existiendo una brecha, vacío y violación a los derechos democráticos y de representación.
En este sentido, estos intersticios y procesos no tan definidos en el DOF (2007) sobre la elección y designación de los integrantes de la CPE, los cuales se han traducido como Reglas Internas de Operación Interna de la Comisión, mismas que terminan por señalar que el nombramiento es dirigido directamente por el Coordinador General, por ende, tergiversan los procesos democráticos y los sistemas de representación pluriversal en enfermería.
A este respecto, las voces que se escuchaban entre las redes sociales se derivaban del desconocimiento de estos reglamentos, pero, sobre todo, debido a los procesos antidemocráticos y de violación de derechos de enfermeras y enfermeros en México.
Es por ello que, decidimos entablar una conversación con la Doctora Verónica M. Barrón, quien es abogada, enfermera y activista contra la violencia de género, y quien, además cuenta con más de treinta años en servicio activo en la Secretaria Defensora de Derechos Humanos.
Durante nuestra conversación con la Dra. Verónica, ella señalaba que entre las irregularidades más importantes se encontraban la falta de enunciación de la nueva designación. Al respecto, ella decía “como enfermeras no sabemos cómo se designa a la directora de la CPE (…) y la ley sí refiere cómo se designa a un ministro”.
Ella continuó, haciendo alusión a lo siguiente: “La designación se hará por el voto de las dos terceras partes de los miembros del Senado presentes dentro del improrrogable plazo de treinta días. Si el Senado no resolviera dentro de dicho plazo, entonces, ocupará el cargo de ministro, la persona que dentro de dicha terna designe el Presidente de la República.”
Asimismo, ella refería que en este ascenso de la nueva comisión no hubo un proceso de divulgación sobre dicha elección y autorización. Y tristemente, ella apuntaba que ni siquiera se conocían los parámetros bajo los cuales se basaron para nombrar a los nuevos miembros. Pero como ella apuntaba, desde el artículo 3° del DOF del 25 de enero de 2007, claramente se lee en su párrafo I que la CPE será precedida por el Secretario de Salud de la actual administración y no directamente por la responsable de enfermería.
Por otro lado, la Doctora Barrón refería que tampoco existió una ceremonia de entrega de cargo por parte de la Mtra. Claudia Leija Hernández como Directora de Enfermería y Coordinadora General de la CPE, por tanto, esto generaba muchas discusiones y malestares entre los profesionales de la enfermería, debido a que siguen avasallando los derechos de los enfermeros y enfermeras. Es como si enfermería siguiera sin importar a nivel de gobernanza y gobernabilidad.
Estos malestares sentidos y percibidos por la Doctora Verónica Barrón, son las mismas inconformidades que muestran muchas enfermeras y enfermeros en México, porque la designación de un organismo tan importante como es la CPE, no debería estar desdibujada de la participación política y social del mismo personal que lo conforma.
Desde esta perspectiva, la incomodidad surge de un sufrimiento histórico que ha venido acompañando y configurando a la profesión, es decir, el falso empoderamiento sobre el que se esenziala a la profesión, es el mismo discurso romantizado del término de inclusión a nivel de políticas públicas, porque la propia inclusión es la causa y efecto de la exclusión histórica de la profesión.
A este respecto, se observa que las funciones que estableció la Comisión Internacional de Enfermería (CIE, 2002), aún van siendo más estrechas para hacerse validar en México, por ejemplo, la CIE refiere que la defensa, el fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en las políticas de salud, en la gestión de los pacientes, los sistemas de salud y la formación, son las estrategias que todo país debe implementar, sin embargo, esta invisibilización política de la enfermería en México, hace que las enfermeras no tengan la posibilidad de autogobierno, autogestión y autonombramiento.
Tal y como recordábamos junto con la Doctora Barrón, el empoderamiento, liderazgo e impacto global de los miembros de la enfermería para influir y diseñar políticas sanitarias, sociales, educativas y económicas son una de las cuatro prioridades estratégicas del CIE (2002), no obstante, éstas siguen siendo parte de un discurso utópico del sistema de salud mexicano, e incluso, para los mismos profesionales de la enfermería quienes se han posicionado desde la arena política en México.
Cobra decir que la enfermería ha contribuido a mejorar el desempeño y las metas de salud en la prestación de los servicios en México con acciones y programas específicos de atención, formación, investigación, liderazgo y organización de los sistemas de salud, y que ahora con esta pandemia, se pudo constatar (PAHO, 2011), por ende, es justo que su participación política no tenga una incidencia condescendiente de otros organismos e instituciones.
Tal y como se ha podido observar a través de los procesos históricos de conformación y configuración de la enfermería en México, y en toda Latinoamérica, existe una deuda histórica, política, social, económica y humanista de los pueblos con las enfermeras y los enfermeros, debido a que ellos no sólo tienen injerencia en la salud de los territorios, sino que las enfermeras sostienen la vida de los pueblos a través de la práctica del cuidado.
Entonces, y desde este sentir de las enfermeras y enfermeros de México, es que nos unimos a su causa humanitaria y de abogacía en la protección de la salud de los pueblos de México y de todo el mundo, porque no hay mejor personal de salud que conozca las principales necesidades de bienestar de los pobladores que los profesionales de la enfermería.
REFERENCIAS
CIE (2002). Definiciones de enfermería. Consejo Internacional de Enfermería. Disponible en: https://www.icn.ch/es/politica-de-enfermeria/definiciones
OPS (2012). Regulación de la enfermería en América Látina. https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2012/nursing-regulacion-alatina-2011-esp.pdf