Por primera vez en Chile se conmemoró el pasado 7 de febrero el día nacional por la “No Violencia en el pololeo”. La violencia y el mal trato entre jóvenes parejas sin convivencia se ha ido naturalizando y justificando so pretexto del amor. Un amor mal entendido que comienza a gestarse en el lenguaje que expresa propiedad sobre la otra persona: mi pareja.
El día fue escogido en memoria de Antonia Garros quien se lanzó al vacío después de dos años de una relación tóxica de abuso y violencia que había sido observada y denunciada por vecinos. Según relata un testigo, Antonia estaba arrepentida de volver a pololear con su victimario; que estaba cansada de que le pegara, de sus mentiras, de que sentía vergüenza por lo que iba decir su familia.
Febrero es también llamado el mes del amor debido a que el catorce del mismo mes se celebra el “Día de los Enamorados”. Durante estos días, al igual que todos los años, estamos expuestos a gigantescas campañas de comunicaciones que hablan de un amor idealizado que no se hacen cargo de la realidad que viven muchas parejas en todas sus edades. Probablemente Antonia sintió vergüenza porque creyó que ella era incapaz de vivir el amor según los cánones publicitarios.
Las vacaciones de verano son propicias para conocer nuevas personas y comenzar una relación de pareja. Es un ambiente ideal, sin las presiones de los estudios y del trabajo. Es una época en que se muestra la mejor cara. El inicio de la relación de pareja es idílico. Responde a los estereotipos sociales y se llega a pensar que así será para siempre al igual que en los cuentos de hadas.
La violencia en el pololeo comienza por conductas que pudieran parecer inofensivas, lo que se describe como relaciones poco saludables. Celos obsesivos y constantes, invasión de sus redes sociales, posteo de fotografías intimas, control de llamadas y conversaciones, aislamiento de amigas, amigos y familiares, bromas denigrantes, lenguaje fuerte, insultos, falta de respeto, etc…
El día nacional por la no violencia en el pololeo buscar visibilizar una realidad que está normalizada e invisibilizada en las primeras etapas y absolutamente escondida cuando es grave. En el 2° Estudio sobre Violencias de Género entre Adolescentes Escolares realizado por Fundación Semilla en 2019, encargado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), nos mostró que el 49,6% de quienes tienen o han tenido una relación de pareja, declaran haber sido víctima de prácticas violentas por parte de su pareja y el 37,7% de quienes tienen o han tenido una relación de pareja, declaran haber incurrido en acciones violentas contra su pareja.
Las relaciones poco saludables son posibles de detectar y así abrir caminos para evitar la violencia física, psicológica, económica o sexual. Para ello es necesario que los y las afectadas conozcan y tomen conciencia de las primeras conductas impropias y no las justifiquen diciendo: “es que lo hace porque me quiere tanto”. Lo mismo para los entornos familiares y de amistades.
El que se haya instaurado en Chile el día nacional por la no violencia en el pololeo es una instancia para reflexión y para hacer pedagogía sobre esta lacra que afecta la vida de un porcentaje significativo de jóvenes.