POEMA
Entre racimos de ensueño
se van bordando misterios
Sobre aquellos días que viví
Que saboreé
Que almacené
Y que alimenté.
Entre aretes de flores
Que dejan fluir olores
Se percibe la tierra mojada
De la abuela que riega su jardín.
Como adornos que se esconden entre los árboles
Las flores de cera se van asomando
Por la entrada de la casa
Que de rosa la están transformando.
Racimos de cera,
de estética y arte.
Cuánta belleza vislumbras
Cuántos recuerdos florecen.
Quisiera tener tu racimo,
para acariciar tus flores aterciopeladas,
para abrazar tus cabellos grises,
para regar el jardín como tú lo hacías.
Hoy veo las flores resplandecientes
Y te recuerdo sonriente
Inhalo el aroma de sus pétalos perfumados
Y vuelvo a oler tu esencia de perfume,
de estofado,
de café recién preparado,
de pan recién horneado
y de pasta de semilla.
No es el encanto de las flores de cera,
es recuperar la memoria
a través de ellas.
No es el olor de las flores,
son los afectos de mi abuela
que aparecen con ellos.
Mi abuela se fue
Y los racimos de flores me hablan
Me inspiran con su aroma
Me recuerdan mi historia
Me hacen comer los manjares
Y me hacen amarte.