La transición energética es uno de los temas que han sido expuestos como una de las soluciones para contrarrestar el cambio climático. Sin embargo, dejan en vilo a la población, ya que el reto de dejar atrás los combustibles fósiles en Latinoamérica, no es fácil por la burocracia y corrupción que está ligada a la explotación de los recursos no renovables y el alto costo que implica.

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En esta primera entrevista el día de hoy nos acompaña Henry Jiménez Guanipa. Él es un abogado venezolano. Él es doctor en derecho por la Universidad de por la Universidad Ruhr Rutgers y máster en derecho por la Universidad de Berlín, Alemania.

Actualmente, Henry ejerce la docencia como profesor y conferencista invitado en diferentes universidades e instituciones europeas y latinoamericanas en temas de energía, cambio climático, desarrollo sostenible y su impacto sobre los derechos humanos.

Hoy vamos a hablar sobre la transición energética en América Latina y del Caribe, entonces muchas gracias por acompañarnos, Henry ¿cómo estás?

Buenos días a todos y a todas a la audiencia de este programa. Continentes y Contenidos. Y gracias a ti Stephania Aldana y Mariano Quiroga por invitarme a este prestigioso programa.

Muchas gracias Henry. Entonces empezamos. Sabemos que según el acuerdo de París, se buscaba mantener, el incremento de la temperatura global muy por debajo del 2% de grados centígrados con respecto a la era preindustrial y se buscaba obtener los esfuerzos de las naciones para limitarlo 1.5 °C. Queremos saber en qué va la transición energética en Latinoamérica para poder cumplir este objetivo.

En primer lugar, hay que decir que la transición energética es uno de los grandes instrumentos, no es el único, es uno de los grandes instrumentos, una de las grandes estrategias que se enmarcan dentro de lo que es el Acuerdo de París para todo el planeta, es decir, para todos los países. Y todos tienen que hacer un gran esfuerzo para poder transformar la forma en cómo consumimos la energía, en cómo generamos la energía.

En el caso de Latinoamérica, en este momento no soy muy optimista. A pesar de los esfuerzos que se están haciendo, por cuanto estamos un poco rezagados de esos compromisos. Estos están plasmados en lo que son las contribuciones nacionalmente determinadas, donde cada uno de los países plasmó lo que haría para lograr sus propias metas de cambio, de transformación, de cómo cada país iba a transitar ese camino de la descarbonización, que es un poco como técnicamente lo estamos llamando.

Entonces en Latinoamérica, sí es un continente donde como todos sabemos el predominio de los combustibles fósiles, como en todo el mundo, es muy potente, es decir, acá la matriz energética muestra que casi el 50% lo domina del petróleo, luego tenemos el gas con un 12%, el carbón con un 5%, la biomasa no sostenible como en otros países, digamos, como Alemania, como Inglaterra, como muchos países desarrollados que tienen un tipo de biomasa, es decir el consumo de digamos de leña, que es lo que se hace de forma insostenible. Acá se hace una forma un poco distinta. O sea, tú puedes sembrar árboles para luego transformarlos en energía, de modo que la llamamos una biomasa sostenible, con lo cual allá en Latinoamérica estaríamos hablando de más de un 80% de la energía que estamos utilizando en términos generales, también incluyendo la eléctrica, es combustible fósil, y transformar esa matriz exige un gran esfuerzo, que solo vemos con algunas excepciones.

Siguiendo con el tema de la descarbonización, que en América Latina todavía falta un largo trecho. Hay un aspecto importante en este asunto son los subsidios que se le dan a los combustibles fósiles en los diferentes países. ¿Cómo llevar a estas naciones hacia las nuevas formas de energía, si nuestra economía en mayor parte depende de la explotación de los combustibles fósiles?

Sí podríamos decir que vamos a adoptar una política radical y vamos a quitar los subsidios a los combustibles fósiles. Sería una medida fácil de hacer, pero con un impacto tremendo. Por eso es que cuando hablamos de transición hablamos de un proceso. Hablamos de un camino, una ruta que hay que seguir, pero esa ruta debe comenzar en algún momento. Y en ese momento en que comienza, por ejemplo, las energías renovables deberían tener también un subsidio o se debería brindar un apoyo a la implementación de las energías renovables teniendo un marco regulatorio adaptado, adecuado, que facilite e incentive las inversiones.

Adicionalmente, el cambio de gobierno de derecha, centro o izquierda no facilitan que ese camino se respete porque sabemos que un Gobierno hace un proyecto relacionado con la transición energética, después el que viene cambia lo que hizo el otro o simplemente no continúa con este plan. Les pongo un ejemplo, el caso del Acuerdo de Escazú que se debate en el margen del Acuerdo de París, en cual se busca que se respete el derecho a un medio ambiente sano, también el apoyo a la transición energética y este acuerdo tiene 3 derechos fundamentales que es que se promueven a la información, a la participación y a la justicia en temas ambientales.

Chile fue el país que promovió inicialmente el Acuerdo de Escazú, en el primer Gobierno de Piñera; sin embargo, en el segundo de este, siendo el mismo presidente, se salió del acuerdo de París alegando una cantidad de argumentos sin ningún sentido. Y, así en México hubo una reforma energética que se impulsó a partir de 2013 y que implicó también un apoyo a las energías renovables y luego tras llegada al Gobierno de AMLO se echaron abajo todas esas políticas. Entonces, mientras la ruta no esté clara, mientras no haya un pacto político en todas las fuerzas políticas de un país, para seguir una ruta, que además debe ser global, va a ser muy difícil que los pasos que se den sean firmes.

¿Cómo podemos explicarle a la gente que la energía renovable puede ser asequible y puede ayudar a combatir la pobreza? y ¿cómo puede llegar este tipo de energía renovable al campo o la zonas rurales?

Es una pregunta muy interesante, gracias Stephania y me da pues pie a decirte lo siguiente:

Las energías renovables tienen un potencial enorme para generar no solamente bienestar, porque estaríamos combatiendo directamente la contaminación ambiental, que lleva al fallecimiento a más de 7 millones de personas en el mundo, es decir, que mucho más que en la pandemia del Covid, que ha causado la muerte de casi 7 millones de personas en dos años y medio. La contaminación del ambiente producto de la quema de combustibles fósiles es capaz de matar a 7 millones por año.

Entonces, este beneficio directo que muchas veces la gente no lo puede palpar, se une a otros beneficios porque sería una industria que estaríamos instalando en otros países y que generaría empleos. Además tendría un impacto muy importante, por ejemplo en la educación, ya que la pandemia ha hecho visible que es posible comunicarnos sin problema a través de la internet. De hecho lo estamos haciendo. Antes, yo hubiera tenido que ir al programa de ustedes físicamente, ya no. Ahora se puede acceder a la medicina, al menos para las primeras atenciones. Nos permite incluso hacer negocios que también se hacen negocio desde hace mucho tiempo, no solamente empresas grandes como estas que venden productos como Amazon; sino que también comunidades pobres, pueblos indígenas, campesinos, podrían vender sus productos, pero para esto se requiere energía y en Latinoamérica uno de los grandes problemas que hay también es la exclusión energética, porque para muchas compañías no es rentable llevar la energía eléctrica al campo, a sectores rurales, dado que es muy costoso.

Sin embargo, con las energías renovables ese problema ya no existiría, pues la energía renovable tiene la capacidad de ser descentralizada y tú la puedes generar en cualquier sitio. Tú puedes colocar un panel solar en tu casa o construir un pequeño parque con estos paneles en tu predio para tener la energía que requieras.

Los pueblos y campos pueden perfectamente surtirse de la energía eólica y tener una mejor calidad de vida, e incluso evitar que la gente emigre del campo, pero las circunstancias y la privación de muchos derechos, entre ellos la energía, les obliga a tener que abandonar el campo, con lo cual seguimos nosotros desestabilizando el planeta.

Entonces esto sería una revolución, una transformación general que nos conduciría a una transición distinta, que es lo que decimos nosotros. De esta forma se conformaría un sociedad, por eso es que decía al principio que la transición energética forma parte de un proceso mayor de transformación.

Henry está bueno esto que estás planteando de casi de un nuevo hito civilizatorio, es, digamos, pasar de de una etapa evolutiva a otra y estoy pensando en nuestro continente que tiene quizás unos altos índices de desigualdad. Hablabas de difícil acceso muchas veces a la energía, no para tantos millones de latinoamericanos. Y pienso que muchas veces hay detrás de todo este proceso de transición energética, también grandes lobbys, grandes empresas que están buscando también hacer negocio. Evidentemente, las empresas privadas para eso están, pero con respecto a Latinoamérica ¿cómo podrían hacerlo de una manera limpia y sostenible? ¿Si se está contemplado un traspaso de conocimiento, un traspaso de saberes para que sean los propios estados quienes se ocupen de esas poblaciones más afectadas por la desigualdad?

También nos gustaría saber si la Energía Atómica, la energía nuclear podría ser también una posibilidad. En ese sentido, son dos preguntas complejas, pero capaz que nos puedes ayudar.

Comienzo por la primera y cualquier cosa me recuerda si me falta algún punto. Bueno, fíjate, es muy complejo todo esto porque hay que recordar que América Latina es un continente donde la materia prima es la base prácticamente de todas las economías, es decir, donde hay petróleo, carbón, oro o minerales preciosos.

Por eso hay tanta desigualdad.

Exactamente.

Porque no hay producción local.

Exactamente, pero además de eso, la clase política en Latinoamérica está muy comprometida con todos los grandes intereses de estas grandes corporaciones, o sea, imagínate, por ejemplo, Venezuela tiene de las reservas de petróleo más grandes del mundo. Y de gas, también la segunda del del hemisferio occidental después de Estados Unidos. Colombia es una potencia en carbón. Brasil tiene también mucho gas y petróleo. México, también, es decir tú dices bueno teniendo estos países tanta riqueza, la riqueza que de hecho, de algún modo ya queremos dejarla atrás porque es la causante, justamente del desequilibrio climático de nuestro planeta, por el excesivo uso de la energía fósil.

Sin embargo, estos son países muy pobres, o sea fíjate, Colombia es muy pobre, Venezuela ha llegado a un nivel de pobreza que nunca había tenido, y México ni se diga, y así cualquiera de los países que podamos seleccionar vas a encontrar lo mismo. Por lo tanto, la transición energética hacia las energías renovables, por el hecho mismo de que son descentralizadas, tienen ya en su ADN la fórmula para nosotros poder enfrentar ese modelo centralista y monopólico que de algún modo representa a las energías fósiles.

¿Y cómo es esto? Te puedo dar un ejemplo. En el caso de Alemania en el año 1991 sólo disponía de un 3.7% de energías renovables y era un poquito de hidroeléctrica, al contrario de Latinoamérica, donde tenemos cerca de un 50%, pero claro, la potencia hídrica es muy fuerte allí. Además Alemania, a partir del año 91, comenzó un plan para impulsar las energías renovables. Fíjate del año 91, un 3.7%, ya hoy día tiene 43% de su energía global es renovable, pero además de eso un porcentaje muy alto, más del 40% de ese total está en manos de comunidades organizadas. Te estoy hablando que en los años 80, cuando surgieron aquí los movimientos ambientalistas, la gente comenzó a preocuparse por instalar pequeños aerogeneradores e incluso plantas hidroeléctricas pequeñas que la gente construía en talleres.

Hoy día, Alemania está produciendo una cantidad de energía impresionante, más de 200 mil megavatios anuales, y cuando México produce 70 mil más o menos y todo Brasil 180 mil o un poco menos o chileno llega a 20 mil. Estamos hablando de una generación eléctrica muy potente, en manos de comunidades organizadas y, ¿por qué no pensar que esto sea también posible en América Latina? cuando hay mucha gente capaz, incluso gente con capacidad económica para intentar proyectos de este tipo y ahora con más razón que las tecnologías, están muy avanzadas, eso por una parte por el lado.

Estoy totalmente de acuerdo, Henry, pero no sé si tenemos la capacidad de los estados latinoamericanos de tener un estado centralizado, tan poderoso como un estado alemán que impone leyes, las hace cumplir y condiciona toda la industria a su alrededor para que vayan en una dirección.

Te corrijo lo siguiente, me disculpas, Mariano. Esa transformación o esa revolución energética no comienza impulsada por el estado, comienza impulsada por la gente, por las comunidades. Yo tengo un artículo que podría recomendarles a los que les interese este tema, éste es sobre la transición energética, donde con detalle explicamos lo que ocurrió allí. Esto fue también el inicio de los partidos verdes en Alemania que llegaron al poder posteriormente y ahora están nuevamente en el poder. Los que se aliaron con estas comunidades y se organizaron e impulsaron.

Después, el estado se une y comienza como la gran transformación, es decir, pero repito, comenzó desde abajo hacia arriba y eso es muy importante, por eso es que nosotros y aquí hago esta pequeña, coletilla yo estoy dirigiendo en este momento un grupo de académicos científicos, una red internacional multidisciplinaria, que nos queremos proponer, que nuestros trabajos puedan llegar con mayor facilidad la gente por eso aplaudo este programa porque ojalá mucha gente lo puedes escuchar y preocuparse por este tema.

Este tema no es un tema exclusivo de los Estados, es un tema donde la gente tiene mucho que ver, dónde tiene mucha responsabilidad. De acuerdo con el último informe de la Agencia Internacional de la energía, el 55% de la reducción de emisiones vendría por parte del aporte que den los ciudadanos solamente cambiando la forma de vivir, dejando un poco el carro en la casa y caminando un poco más, reemplazándolo por bicicletas, es decir, una cantidad de hábitos que podemos cambiar todos los días ahorrando en la casa, haciendo más eficiencia energética, cambiando equipos viejos por equipos nuevos, etcétera. Lo ideal sería, por supuesto, políticas que vayan que sean concomitantes con el estado, obviamente.

Pero frente a la incapacidad de nuestros Estados, el ciudadano no puede quedarse sin hacer nada. Es la hora de que tenemos que nosotros también implicarnos y cambiar nuestra forma de interactuar con el medio ambiente, buscando justamente aportar.

También en esta dirección me preguntabas Mariano acerca del tema de las Energía Atómica, nuclear, etcétera. Ese es un tema también muy importante, y con la guerra de Rusia contra Ucrania, tenemos aquí unos escenarios bastante complicados. Por una parte estábamos en un punto en que el impulso de las renovables se estaba viendo ya con mayor calidad y ahora de algún modo tenemos que buscar nuevamente gas, incluso ya hay algunos Estados de la Unión Europea intentando reactivar algunos yacimientos de gas e incluso también de petróleo, y se han planteado de algún modo reactivar el fracking. Esto sería bastante grave porque sería un gran retroceso, y de forma paralela, los altos costos de la energía fósil vuelven a reactivar los programas de energías renovables.

Incluso en Alemania, el Estado, por ejemplo, ha hecho ya un llamado a la población para que se incorpore a un proceso de cambio estructural en la forma en que estamos consumiendo energía, lo cual en tiempo de guerra de quiero decir, debería extenderse más allá del momento de un conflicto tan grande como el que está ocurriendo en Rusia Ucrania, porque esto podría implicar que Rusia cierre la venta de gas. Alemania depende en cerca de un 40% de este gas, con lo cual desataría una crisis sin precedentes. Lo que quiero decir es que más allá del conflicto, más allá de la guerra, debería ser una medida que todos los Estados adopten, incluso cuando acabe la guerra, porque, repito, debemos cambiar nuestra forma de interactuar con el medio ambiente, debemos cambiar nuestros hábitos de consumo porque el planeta no tolera más.

Por la parte de la energía nuclear, claramente, no es una solución porque eso sería un gran atraso. Ya sabemos que los desechos tóxicos que genera pueden traer consecuencias muy graves, si el manejo no es adecuado y ese manejo adecuado requiere mucho esfuerzo, inversión, disciplina y en ocasiones eso no ocurre.

Henry es apasionante del tema, nos pasamos un montón del tiempo que teníamos destinado a hablar de esto, pero bueno, nos parecía muy valioso este intercambio que nos toca despedirnos Stephania, te dejo hacer el cierre.

Henry, muchísimas gracias por estar hoy en Continentes y Contenidos. Entonces pasó hoy por nuestro programa Henry Jiménez Guanipa, profesor y conferencista.