Hoy en día es de carácter público que las investigaciones científicas predominantemente se encuentran enfocadas en el estudio del cerebro y de la mente humana –y, por ende, del comportamiento de los individuos.
Es de conocimiento que la multinacional IBM viene realizando experimentos (bastantes cuestionados) en neurociencia usando nuevas tecnologías como la implantación de nanobots cerebrales en pacientes.
El Proyecto Cerebro Humano (HBP por sus siglas en inglés) es un proyecto médico-científico y tecnológico financiado por la Unión Europea y dirigido por Henry Makram, cuyo objetivo es reproducir artificialmente las características del cerebro humano, supuestamente con fines médicos.
Tal como se afirma en el artículo “Proyecto Cerebro Humano: ¿Existen experimentos secretos con humanos en Latinoamérica?”, el médico cardiólogo David Salinas Flores se encuentra alertando acerca de la experimentación humana forzada e ilícita que se maneja como método secreto en dicho proyecto.
Esto no es ciencia ficción. Es un hecho que estas corporaciones, presuntamente aliadas con gobiernos corruptos de Latinoamérica, están realizando experimentos ilícitos con humanos para desarrollar el chip neuromórfico True North en hospitales infantiles de México, con miras a crear el primer cerebro artificial, todo ello financiado con más de mil millones de dólares.
En este escenario, el Perú –país donde reina la corrupción e incluso ya se sabe que existen mafias de traficantes de órganos–, tengo razones de fuerza mayor para sospechar que nuestro país en un futuro cercano podría convertirse en una “granja humana” para ensayos tecnológicos de alto riesgo.
Muy cerca de nuestro territorio, en el vecino país de Ecuador, existe otro Silicon Valley denominado “Yachay”, donde IBM estaría haciendo experimentación con comunidades rurales, utilizando como término de fachada las “TIC” (iniciales de tecnología de informática y comunicación), con la finalidad de lograr la interconectividad humana electrónica, y posiblemente implantar la esclavitud digital.
En la publicación “Las particularidades del control mental actual” del diario Crónica donde citan mi artículo “La era del control mental” se escribe: “Uno de sueños de los señores de la guerra, de los amos del dinero y de los empresarios de la política ha sido dominar a las personas a través del control mental.
Aprovechando las crisis: económica, política, cultural, social y de salud; quienes pretenden convertirse en dueños del mundo, vuelven con nuevos proyectos para dominar a las personas por medio del control mental.”
Como sostengo en mi artículo citado sobre la experimentación humana:
“El investigador señala que existen evidencias de que existiría una red de experimentación ilegal con personas que el Proyecto Cerebro Humano (HBP) ha organizado en asociación con algunos gobiernos corruptos de Latinoamérica y con la participación y encubrimiento de cierta prensa.
Esta red estaría desarrollando una forzada y secreta experimentación humana neurocientífica con implantes y nanobots cerebrales, con los que se estaría obteniendo la fuente real de información del mapa del cerebro humano, a costa de la salud y violando la intimidad de los latinoamericanos”.
Asimismo, debemos señalar que la vocal María Alejandra Gámez de la Asociación de Víctimas de Acoso Organizado y Tortura Electrónica plantea sobre la política contra la tortura: “El principal problema a enfrentar por la sociedad contemporánea en este tema, es que hasta el momento no existe ninguna legislación conocida que ampare a las víctimas, permitiéndoles a ellas denunciar y a las autoridades responsables investigar los delitos involucrados en estas prácticas; como tampoco la hay para regular la rendición de cuentas de los estados y gobiernos, o para impedir su uso por los órganos represivos de los estados, o por delincuentes comunes”.
También debemos señalar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce como víctimas de cibertortura a las víctimas de control mental.
Como ya lo he afirmado en mis ensayos sobre las tentativas de control mental y corporal, podemos afirmar que el Proyecto Cerebro Humano es un nuevo rostro del Proyecto MK Ultra iniciado en la década del cincuenta, y que ahora se está sofisticando mediante neurotecnología invasiva como implantes cerebrales o nanorobots en países pobres. Por favor: ¡Hay que estar alertas!