Mediante un comunicado emitido el viernes por la Casa Blanca y destinado a las oficinas del secretario de Estado, Antony Blinken, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el mandatario estadounidense decidió mantener los embargos comerciales a Cuba, vigentes desde más de seis décadas.
“El ejercicio de ciertas autoridades bajo la Ley de Comercio con el Enemigo está programado para expirar el 14 de septiembre de 2022. Por la presente determino que la continuación del ejercicio de esas autoridades con respecto a Cuba durante un año es de interés nacional de Estados Unidos”, señala la nota.
Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, condenó la llamada “Ley de Comercio con el Enemigo” que mantiene el bloqueo a la isla y afirmó que Biden al prolongar por un año más esta normativa, se convirtió en el duodécimo mandatario estadounidense en ratificar el marco que sostiene “la política de abuso contra la isla y su pueblo”.
El régimen de sanciones de EE.UU. “es rechazado por casi todos los países miembros de la comunidad internacional”, subrayó el jefe de la Diplomacia cubana en Twitter.
Según datos presentados por La Habana en 2021, el bloqueo de EE.UU. a Cuba ha causado daños materiales de 147 853 millones de dólares desde febrero de 1962, sin contar el efecto humanitario contra la población.
El cese del bloqueo criminal a la isla es un reclamo global. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado de manera unánime casi 30 resoluciones contra dicho bloqueo desde 1992, cuando esa instancia empezó a votar anualmente sobre la cuestión.
Sin embargo, EE.UU. no solo no ha dado ni un paso para aliviar los embargos, sino que esas medidas coercitivas fueron reforzadas durante el mandato de Donald Trump (2017-2021), con 243 disposiciones en curso aún con su sucesor demócrata, Biden.