Tuve la oportunidad de conversar con Charlie Fish, autor, y editor, sobre su libro, «The Man who Married Himself» (El hombre que se casó con sigo mismo). En la parte I de la entrevista, Charlie nos cuenta cómo empezó su revista Fiction on The Web. «Cuando era adolescente, en los años 90, la red informática mudial (World Wide Web) estaba haciendo más accesible la Internet, y vi la oportunidad de crear una plataforma para escritores de cuentos como yo. En aquella época había muy pocos lugares que publicaran ficción en línea, y todos nos apoyábamos».

Charlie podría haber optado por una vía más tradicional para publicar su colección, pero dice: «Publicar la colección a través de Kickstarter me ha permitido ignorar las consideraciones comerciales y crear exactamente el libro que quería hacer. El contenido no sólo está libre de compromisos, sino también de derechos de autor. Publicar la colección como «Obra Cultural Libre» bajo una licencia Creative Commons es algo que la edición tradicional nunca habría permitido.»

El libro contiene diecisiete relatos cortos, cada uno de ellos ilustrado por Yvette Gilbert y acompañado de un breve ensayo. En cuanto a los ensayos, Charlie explica: «Nuestra experiencia de una obra puede enriquecerse enormemente si entendemos cómo y por qué se creó. Todas mis historias son muy personales, y la oportunidad de explicar por qué significan tanto para mí permite que el libro me represente no sólo como escritor, sino como persona».

Para leer la primera parte de la entrevista, haga clic aquí.

 

JS: La colección presenta una mezcla de géneros, algunos son muy realistas, otros son humorísticos, otros son especulativos y otros son filosóficos. Como escritor, ¿qué ventajas ve en publicar en esta variedad de tonos? ¿Ha previsto algún tipo de público?

CF: No soy famoso y no gano dinero, lo cual es una gran ventaja porque significa que puedo escribir lo que me gusta. Tengo muchas ideas; como en un pintura, cada idea puede reforzarse dándole el marco adecuado. No siempre acierto. Muchas veces estoy a mitad de camino escribiendo algo y sé que no ha funcionado. Pero cuando lo he planteado bien, me emociono mucho porque sé que la gente responderá a la historia independientemente de su tono o estilo. Si «engaño» a alguien que suele leer historias de humor para que se emocione con una pieza de ficción especulativa, mucho mejor.

JS: Una pregunta que siempre me hago es por qué ha elegido un género para escribir una historia. Por ejemplo, «Ship Psychiatrist”(El psiquiatra del barco) es una historia de ciencia ficción, pero podría ser una historia escrita como ficción histórica, por ejemplo. ¿Cómo es ese proceso?

CF: «Ship Psychiatrist» se inspiró en una inusual combinación de circunstancias. En primer lugar, un amigo mío me dijo que su colega había creado un universo de ciencia ficción con su propia historia, reglas y lógica interna. Los dos estaban colaborando para escribir una historia basada en ese universo. Me sentí totalmente celoso, así que me reté a mí mismo a escribir una historia aún mejor ambientada en el mismo universo.

Al mismo tiempo, mi padre encontró un viejo diario escrito por su padre mientras servía como médico del barco en el último viaje transatlántico del famoso buque de pasajeros RMS Queen Mary. Me cautivó la idea de un médico responsable de la salud mental de miles de personas frágiles atrapadas en un barco, mientras sufría en privado su propia enfermedad mental.

Los dos conceptos chocaron y nació «Ship Psychiatrist». Como se puede ver, en este caso el género se ha incorporado a la concepción de la historia, y creo que eso es lo que suele ocurrir.

De todos modos, el género puede ser un poco una pista falsa. El género es útil para los escritores porque crea limitaciones, y luchar contra las limitaciones es una fórmula maravillosa para estimular la creatividad. El género es útil para los editores porque ayuda a casar una historia con su público. Y el género es útil para los lectores porque responde a sus expectativas y los deleita cuando esas expectativas se subvierten. Pero los géneros a menudo se confunden y se combinan; pretender escribir en un género estrecho es peligroso porque hay que navegar por un campo minado de clichés.

JS: En «Go», usted escribe: «La cultura occidental favorece juegos como el ajedrez, donde el objetivo es destruir a tu oponente, en lugar del “go,» donde el objetivo es negociar un territorio compartido». Puede comentar nos al respecto.

CF: El “go» es un juego infinitamente fascinante. Uno de mis compañeros de trabajo era un jugador de nivel dan, y durante años me dio clases una vez a la semana. Aprender a jugar al “go» se parecía más a leer El arte de la guerra de Sun Tzu, o a la sabiduría de Confucio, que a jugar a un juego.

Creo que la naturaleza de nuestros juegos más antiguos refleja algo de nuestra cultura colectiva. En Occidente, los juegos de dominación, como el ajedrez, siempre han sido populares, y la idea de un juego tan sutil como el go, en el que permitir que tu oponente se adueñe del territorio como parte de la estrategia, resulta muy extraña.

JS: Recuerdo exactamente dónde estaba cuando leí «The Cut». Estaba en Williamsburg, en Domino’s Park. Tal vez porque soy un hombre, tenía miedo de leer la historia de un hombre subyugado en una sociedad matriarcal. ¿Qué respuestas has recibido a la historia? ¿Son esas respuestas diferentes de los hombres a las mujeres?

CF: Me horrorizó descubrir cuántas niñas y mujeres viven con los efectos de la mutilación genital femenina, incluso en mi propio país. La infibulación es peor que la tortura, ya que provoca un sufrimiento de por vida sin otro propósito o significado que la opresión de las mujeres. Como suele ocurrir cuando algo en el mundo me molesta y enfada tanto, y al sentirme totalmente impotente para hacer algo al respecto, recurro a lo único que puedo controlar: mis historias. Escribí «The Cut» para concientizar sobre esta escandalosa práctica, y cambié los géneros porque quería especialmente hacer que los hombres se retorcieran.

Conseguí mi deseo en una lectura en una librería de Camden. Leí en voz alta la parte en la que el pene del protagonista es cortado por la mitad, y disfruté viendo cómo el público -sobre todo los hombres- se removía incómodo en sus asientos.

“The Cut» es la historia más seria y pesimista de toda la colección, y algunas personas la han señalado como su favorita, quizá en parte porque está rodeada de historias ligeras y divertidas, por lo que te golpea como un tren que no viste venir.

JS: En cuanto a «The Cut», pensé que no tendríamos escapatoria. O vivimos en una sociedad matriarcal o en una sociedad patriarcal. ¿Es posible crear un diálogo entre géneros sin establecer jerarquías entre ellos?

CF: La novela de Naomi Alderman «El poder» plantea el mismo argumento, que estamos condenados a elegir entre un patriarcado o un matriarcado, y cada uno sería tan tóxico como el otro. Pero ese libro también sugiere que no se trata necesariamente de género, sino de poder. Eso es lo que realmente creo. Vivimos en una sociedad en la que el poder y el género están profundamente vinculados, pero no tienen por qué estarlo. Hemos hecho grandes avances con el feminismo, los derechos y la comunidad LGBTQ+, el movimiento #MeToo, etc. Pero mientras las instituciones de poder -los multimillonarios, la religión, la política, los medios de comunicación, etc. – estén dominados por hombres, nunca podremos superar las jerarquías con prejuicios de género. Lo mismo ocurre con la raza, la sexualidad, la discapacidad, etc.

JS: En «Cora», uno de tus personajes dice: «Suena estúpido, pero tengo envidia de la gente que ha tenido alguna tragedia en su vida. Si no tienes casa, o no tienes piernas o lo que sea, el éxito es fácil. Tu libertad está restringida, así que el camino es más claro». Descubrí que para muchas personas esto es cierto. ¿Todos tenemos una tragedia, pero reconocerla nos hace ver el mundo en términos bastante pesimistas?

CF: Somos aquello por lo que luchamos. Si nunca has luchado por nada, no eres nada. Jhon, no puedo imaginar las pruebas y el estrés de tu propia experiencia, huyendo de tu hogar en Colombia para buscar asilo político en los Estados Unidos. Puedo entender que eso te haga ver el mundo en términos pesimistas. Todos elegimos entre someternos o luchar. Aceptar o resistir. Conformarse o convertirse.

Los personajes de «Cora» debaten si alguien que nunca ha tenido que luchar por nada está realmente en desventaja porque se le ha negado esa opción. Es un argumento engañoso si se tiene en cuenta la profundidad de los prejuicios y la injusticia que impregnan nuestra sociedad. Cualquiera que no haya tenido que luchar nunca es un gran privilegiado, y dar por sentado ese privilegio es un insulto a los menos afortunados.

JS: Pensando mejor ahora, otro tema de la colección es la libertad, el éxito y el compromiso también. Cora, Baggio, Remission, Go y Second Place, entre otros, hablan de eso, ¿no cree?

CF: Definitivamente, la libertad es algo en lo que pienso mucho. Estoy agradecido por muchas cosas en mi vida: mi esposa, mi casa, mi familia y mis amigos, mi salud, pero sobre todo, por mi libertad. Porque, a pesar de que muchos de nosotros la damos por sentada, la libertad es frágil, y sin ella todo lo demás podría ser arrebatado en un instante.

Y sin embargo, vivimos en una sociedad en la que tenemos una sobredosis de libertad. Tenemos décadas de conocimiento y entretenimiento al alcance de la mano. Podemos viajar por el mundo. Podemos elegir nuestros trabajos, nuestras parejas, nuestros estilos de vida entre mil opciones diferentes. Elegimos un camino, y nos bombardean constantemente con recordatorios de todos los caminos que no elegimos. La libertad de religión se utiliza para proteger tradiciones nocivas y anacrónicas, independientemente de lo que digan las escrituras. La libertad de expresión se ha convertido en un arma. ¿Puede haber demasiada libertad?

Este dilema representa una veta que sospecho que seguiré explorando durante mucho tiempo.

JS: Mientras escribía mis preguntas, recibí la triste noticia de que Salman Rushdie fue atacado durante una presentación que estaba dando aquí en Nueva York. Por supuesto, quiero conocer su opinión al respecto.

CF: Es una noticia muy triste. Mi corazón está con Salman Rushdie y sus allegados. Ese tipo de violencia es deplorable, y más aún las personas e instituciones que la apoyan tácitamente.

La censura y la represión suelen ser contraproducentes, como demuestra la reciente noticia de que las ventas de Los versos satánicos se han disparado tras el apuñalamiento. La palabra es más poderosa que la espada.

JS: Por último, hábleme de sus próximos proyectos. ¿Está en camino un libro de memorias, quizás «El hombre que…»?

CF: Para escribir unas memorias habría que tener buena memoria, ¡y desde luego no la tengo! Me siento mucho más cómodo inventando cosas.

Acabo de terminar un relato corto, así que me encuentro en la emocionante situación de poder elegir mi próximo proyecto. ¿Quieres que trabajemos juntos en algo, Jhon?

Mientras tanto, para recompensar a los lectores que han llegado hasta aquí, me gustaría ofrecer un sorteo. Si quieres un ejemplar gratuito de The Man who Married with Himself (El hombre que se casó con él mismo), de Charlie Fish, sígueme en Twitter @fishcharlie y tuitea tu historia corta favorita. Las 10 primeras personas que lo hagan y que además me den su dirección postal, ganarán un ejemplar gratuito firmado del libro.

JS: Muchas gracias y espero que podamos juntar nuestras cabezas para un futuro proyecto.


Charlie Fish es un popular escritor de cuentos y guionista. Sus relatos se han publicado en varios países y han inspirado docenas de adaptaciones cinematográficas. Desde 1996, edita Fiction on the Web, el sitio de cuentos más antiguo de la red. Nació en Mount Kisco, Nueva York, en 1980, y ahora vive en el sur de Londres con su esposa e hijas.