POEMA
Cáncer, palabra difícil de pronunciar,
Ya ni siquiera para conversar,
Cuánto dolor me produce pensar en ti,
Cuánto odio traspasa sobre mi cuerpo,
Con tan solo mirarte.
Suena absurdo hacerte poesía,
Es incoherente que también seas signo,
Me es imposible pensar en ti,
Sin pensar en dolor y miedo.
Te pronuncio y resuena en mi memoria,
Los momentos de llanto y dolor,
Cuando una de mis ancestras te sufrió tanto,
Cuando de rabia deseaba morir.
Te escucho y vienen a mi mente,
Aquellos pensamientos de miedo,
Al mirar los rostros desgajados,
De las personas que un día,
Les dijeron que tú, habitabas su cuerpo.
Te introduces en los cuerpos,
Destrozas la dulzura de las células,
Pareces reírte de los cuerpos,
Cuando ellos te dejan vivir sin recelo.
Sufres cuando te ves atacado,
Te noquean como en un set de boxeo,
Y cuando parece que ya no existes,
Brotas con más rabia que un tsunami,
Para acallar los cuerpos de quienes posees.
Pareces invencible como el viento,
Siento que vives eternamente dentro de nuestros cuerpos,
Bailas al son del miedo y la desesperanza,
Duermes mientras te atacan.
Cuando te pienso, creo que no puedo,
Porque pienso que no hay nada más poderoso que tu inteligencia,
Pero cuando recuerdo los casos de sobrevivencia,
Veo que hay algo más poderoso,
La fe y la espiritualidad que sobreabundan.
Podrás aparecer una y mil veces,
El cuerpo se verá agonizante frente a tu intención,
Pero el día que mueras,
Es porque vibra más fuerte la persona que tu canción.
Sé que vives para señalarnos el camino,
Sé que estás para enseñarnos tu poder,
Pero sé que habitas para demostrarnos,
Que la vida es más intensa si se vive,
Que sí se piensa.
No deseo que te burles de mí,
Tampoco deseo que sigas habitando los miedos,
Porque te respeto por tu brillantez,
Pero te repudio por tu inmadurez,
Para robar la fe y la esperanza de la humanidad.
Me despido cáncer,
Te pronuncio porque te respeto,
Te respeto porque no te temo,
Te pronuncio porque eres el medio,
El medio para trascender,
Y el dispositivo para cambiar rumbos,
Pero eres el más grande milagro de fe.