Hace años que diferentes madres y padres han empezado a mirar otras formas de educación, buscando a las llamadas escuelas alternativas o simplemente educando en casa, agobiados de los sistemas estandarizados, donde el centro es el resultado y no el desarrollo integral de niñas y niños. Esta crisis se manifestó claramente con la situación de pandemia, donde los establecimientos tuvieron que empezar a hacer sus clases de manera virtual y las y los apoderados se vieron enfrentados a conocer de cerca cómo los colegios llevaban adelante sus prácticas educativas.
Claramente el sistema pedagógico no está respondiendo a las necesidades que hoy aparecen con los nuevos tiempos, el conocimiento se encuentra en internet, donde Google responde a todas las preguntas y todos pueden aprender con la inmensa cantidad de tutoriales desplegados generosamente en la web.
Buscando nuevas opciones nos encontramos con el trabajo realizado por la chilena Marcela Latorre, más conocida como Marta Cartas, la cartera de los cantos, cuentos y juegos, magister en educación, actriz, periodista y pedagoga teatral, quien hace más de 15 años investiga en el trabajo con niñas y niños y con estudiantes de carreras de pedagogía, cuáles son las necesidades en temas de educación, para preparar a las y los estudiantes para los nuevos desafíos de estos tiempos.
Pressenza: Marcela, ¿cuáles crees que son hoy día los desafíos que tiene la educación?
Marcela Latorre: Para comprender hacia dónde deberíamos ir, primero debemos conectar con las necesidades actuales, la concepción de educación que conocemos viene de la época de la revolución industrial, donde la mirada era generar un tipo de ser humano productivo a un sistema. Hoy, se levanta otra mirada sobre lo humano, las nuevas generaciones no caben en esa etiqueta de “seres productivos”, las nuevas generaciones necesitan desplegar sus vocaciones, desarrollar habilidades para no encerrarse en una oficina, sino que, para llegar a todos los rincones del planeta, puesto que estamos viviendo la época de la mundialización, estamos todos cerca y nos toca aprender a vivir en diversidad, valorando los aportes de cada persona en sus propios contextos culturales. Es como si las oficinas ahora fueran planetarias, entonces queda muy pequeño el traje de ir a la escuela a aprender datos, todo eso está en la web, en las redes sociales y en la comunidad virtual.
Pressenza: Entonces, ¿ya no deberían existir las escuelas?
ML: La escuela debería ser el lugar de socialización, de conocer cómo nos relacionamos desde lo mejor de cada uno, de convergencia de la diversidad, de creación, de generación de espacios para que cada uno se encuentre con sus virtudes, sus talentos, el gusto por aprender, descubrir, transformar y las personas que “enseñan”, deberían ser acompañantes que propician aventuras para potenciar las habilidades de niñas y niños, para que cuando sean adultos se puedan mover con libertad en el mundo dinámico con el que se van a encontrar.
Pressenza: Estás lanzando la Escuela de Habilidades, ¿es este tipo de escuela que visualizas? ¿Cómo es en lo práctico esta nueva propuesta?
ML: Llevo muchos años poniendo en práctica la pedagogía de la intencionalidad, uniéndola con la pedagogía teatral. Mi tesis de magister profundizó en la creación de una metodología para desarrollar habilidades incluso en un entorno virtual de aprendizaje. Es así que durante todo el año 2020 con niñas y niños, con quienes nos conectamos virtualmente a crear, jugar y aprender divirtiéndonos, generamos un espacio de afecto, de contención, mientras hacían sus cuarentenas. Todo esto fue guiado por Marta Cartas, un personaje con el que narraba cuentos, e invitaba a los pequeños a jugar, cantar y potenciar su curiosidad y entusiasmo por conocer todo lo que los rodea. Estos espacios comenzaron a tomar fuerza y a transformarse en una posibilidad de conocer a otras niñas y niños, a hacer una pequeña comunidad de aprendizaje. Con el tiempo, mamás y papás me fueron comentando que sus hijos fueron desarrollando diversas habilidades, que esperaban con ansias los días de encuentro, querían saber qué íbamos a hacer, qué íbamos a crear, qué aventuras viviríamos. Todo esto dejó de manifiesto que, si bien lo ideal es encontrarse de manera presencial, la virtualidad tiene su magia y si uno aprovecha esas posibilidades, siempre poniendo en el centro lo humano, valorando lo que cada participante entrega al conjunto, se abre una puerta al desarrollo de habilidades y al aprendizaje significativo. Además, se da la posibilidad de que se conozcan niñas y niños de diferentes rincones, en los talleres de Marta Cartas, participaron más de 50 familias de diferentes ciudades.
Así es que decidí impulsar una Escuela con estas características, modificando lo establecido hasta ahora. La Escuela se compone de diferentes Clubs temáticos, las niñas y niños pueden participar de los que quieran, según sus intereses, porque para que se produzca el aprendizaje debe haber interés, así, las y los participantes podrán pasar por diferentes aventuras y desafíos, todo por medio de la creatividad y el juego, la sorpresa y los descubrimientos.
Pressenza: ¿Será una escuela virtual?
ML: Por este año 2021, será solo virtual, porque no están las condiciones para que sea diferente, pero me gustaría en el futuro probarlo presencial y además siempre virtual para llegar a más lugares.
Pressenza: ¿Dónde se pueden ver los detalles?
ML: En mi página www.martacartas.cl, ahí se encuentran los detalles y todo lo realizado, además de otras actividades, mis publicaciones y los links para mis redes y el canal de YouTube.
Pressenza: ¿Qué le dirías a las madres o padres?
ML: Les diría que nos toca acompañar a nuestras hijas e hijos en este nuevo momento histórico, donde tenemos que ser capaces de ver que lo mejor para ellas y ellos es que desarrollen todo su potencial, que se encuentren con lo mejor de sí para hacer sus aportes al mundo y conecten con su vocación para que sean felices desplegando sus propósitos.