¡Aquí vamos!… estamos en un momento histórico de nuestro tiempo en el planeta.
Es un momento interesante: el próximo 22 de enero de 2021 anuncia un nuevo día como un punto de inflexión para la paz mundial cuando entre en vigor el tratado que prohíbe las armas nucleares. Personalmente, estoy a pocos días de ver cómo se hace historia, gracias a las duras y arduas campañas realizadas para persuadir a los países y a los altos funcionarios a que firmen y ratifiquen el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPNW). Al mismo tiempo, es un momento emocionante ya que estoy probablemente a unas horas de distancia de una fábrica de bombas nucleares de donde vivo en Seúl, Corea del Sur.
Como persona nacida en África que ha vivido lejos de un estilo de vida y una tecnología muy avanzados, las vibraciones en la península de Corea son muy diferentes y aterradoras por la cercanía de las armas de destrucción masiva. Los gobiernos de Corea del Norte y Corea del Sur aún no han firmado el tratado de prohibición nuclear. Para dejarlo claro, vivo en una península relativamente pequeña en el Lejano Oriente. Pero la península coreana ha sufrido altos niveles de tensión en términos de confrontación militar desde la Segunda Guerra Mundial y la era de la Guerra Fría. La presencia militar de las principales potencias es muy visible y el mundo está tratando con Corea del Norte, el régimen más aislado del mundo… y con ambiciones nucleares.
Por otro lado, vivir en la misma península es bastante interesante. Es el hogar de sociedades dinámicas que comparten una serie de valores morales, sociales, culturales y económicos comunes y que cuentan con tecnologías que podrían llegar a millones de personas al instante para llamar a la paz y la unidad.
El año pasado, a pesar de la pandemia de COVID-19 que amenazó al orden social normal, formé parte de la 2ª Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia. Nos reunimos con los miembros del equipo de base internacional de América del Sur y Europa que llegaron a Seúl en enero de 2020. Se celebró un foro público sobre los peligros de una guerra nuclear en colaboración con el Comité de la Organización Coreana para el Día Internacional de la Paz de las Naciones Unidas (KOCUN-IDP). Se llevó a cabo un seminario web sobre la paz y la reunificación y una visita grupal a la Zona Desmilitarizada de Corea (DMZ) con la organización Gente por una Reunificación Coreana Exitosa (PSCORE, por sus siglas en inglés).
Como siempre, la diplomacia del arte ha sido parte de los permanetes esfuerzos por una paz duradera entre los artistas de las dos naciones de la península coreana. La más reciente se tituló «Paz, el viento sopla», una exposición especial de arte realizada en colaboración con artistas del Norte y del Sur. Fue organizada por la Torre de Unificación de Odusan, en la cima de una montaña donde se pueden ver zonas rurales de Corea del Norte a través de la intersección de los ríos Han e Imjin. La organización que acogió la exposición especial espera que «la cultura y el arte rompan límites, abran la mente y profundicen la comprensión mutua». Este poder será una fuerza impulsora de la coexistencia, superando y curando el dolor de la división, y recuperando la homogeneidad de Corea del Sur y del Norte. Además, puede ser y será un puente para conectar a las Coreas del Sur y del Norte que han vivido de forma diferente durante más de 70 años después de la liberación… con la esperanza de que esta exposición sea el comienzo de un intercambio y una comunicación sustanciales entre los artistas de Seúl y Pyongyang como una exposición regular».
Así que estamos en muy emocionados por que muy pronto el mundo verá los frutos de los esfuerzos hechos con un gran cambio en las Naciones Unidas. Como artista y activista social, me gustaría ver un mundo libre de peligros nucleares y el fin de la incesante carrera armamentista entre los países. Permítanme terminar el artículo insertando una hermosa expresión del sitio web de la Academia de Diplomacia Cultural sobre el poder del arte:
«Dado que todo el mundo puede participar en la creación y el disfrute del arte, es una herramienta potente que puede utilizarse para aumentar la conciencia y la comprensión de los problemas, promover el diálogo y establecer vínculos entre personas de diversos orígenes culturales y profesionales. La experiencia compartida de crear y experimentar el arte puede establecer relaciones humanas sinceras; relaciones que no pueden romperse por las palabras o las acciones de otros».
http://www.culturaldiplomacy.org/academy/index.php?en_acd_about
Para conocer más información sobre la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN):
Fotos: Bereket Alemayehu
Translation by David Meléndez Tormen from the voluntary Pressenza translation team. We are looking for volunteers!