Por Mitzi Stark (LIMPAL) y Giovanny Blanco (Mundo Sin Guerras y Sin Violencia)
El pasado 22 de enero de este año 2021 fue un día de celebración mundial. Con el número de Estados necesarios que lo ratifican, el Tratado de la Prohibición de las Armas Nucleares entró en vigor. Las organizaciones que hemos trabajado en redes para lograrlo, lo vemos como un necesario e importante paso para que el planeta esté más seguro de la amenaza más mortal en la historia.
¿Qué significa este evento para nosotros y nosotras aquí en Costa Rica y para todo América Latina y el Caribe, países pequeños y sin poder en la tarima mundial?
Todo el mundo reconoce la muerte masiva y la destruccióntotal causada por la bomba atómica que los Estado Unidos lanzó sobre Hiroshima en 1945 al final de la Segunda Guerra Mundial. Una tragedia que nadie quiere que se repita. Pero lastimosamente, los líderes de los países más poderosos pensaron que las armas nucleares son necesarias para prevenir otra guerra, así que decidieron continuar con el desarrollo y construcción de más armas y bombasnucleares, cada vez con mayor potencial destructivo.Hasta ahora, nueve países poseen tales tipos de armas, lo que genera que nueve presidentes y jefes de Estado dispongan a su alcance el botón para lanzar una bomba nuclear, de manera que, en cualquier momento,o inclusivehasta por accidentese podría detonar; como ya han sido registradosen el pasado. Sólo con el arsenal nuclear de Estados Unidos, se han contabilizado más de mil accidentes.
La crisis de los misiles rusos en Cuba en 1962supuso la amenaza de una guerra nuclear en nuestro continente americano, cuando la Unión Soviética intentó construir y habilitar armas en Cuba, donde el entonces presidente John F. Kennedy presentó un reto guerrero al entonces primer ministro de la UniónSoviética Nikita Jrushchov.Aunque los soviéticos retiraron las armas nucleares del territorio cubano, fue un momento en el cual toda la humanidad estaba a la expectativa y en zozobra bajo el riesgo de aniquilación total de la especie.
Como resultado directo y en respuesta a este acontecimiento, los países deAmérica Latina y el Caribe se unieron y firmaron el Tratado de Tlatelolcoen México en 1969, el primer tratado en el mundo sobre la prohibición de armas nucleares.
Hoy en díanueve países poseen más de 13.500 ojivas nucleares y de éstas, 1800 apuntando a objetivos fijos y ciudades en todo el mundo. Entre estos nueve países EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel, gastaron en el año 2019 la suma de $116 mil millones solamente en el mantenimiento y desarrollo de su arsenal nuclear.
Otros países como Irán y Arabia Saudita tienen el potencialde producir armamento nuclear o lo hacen clandestinamente. Además, algunos otrospaísesmantienen antiguos conflictos que podríandesembocar en una guerra nuclear regional o local, como son los conflictos de India y Pakistán o el conflicto militar entre Corea del Norte, Corea del Sur y los EEUU.
El reto más importante ahora, es el de convencer a los líderes del mundo a abrazar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y darun paso significativo por la paz en todo el planeta.
Federico Mayor, Presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex Director General de la UNESCO (1987-1999) dijo que; necesitamos un nuevo concepto de seguridad. Las armas nucleares jamás traen ni seguridad ni la paz.
La acción de la diplomacia de Costa Rica fue un factor muy importante para lograr la aprobación y firmadel Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, primero como uno de los países participantes de la redacción del borrador del tratado e introducirlo en la corriente de la agenda de la Asamblea de las Naciones Unidas ONU. En ese momento,la representante permanente de Costa Rica ante la ONU en Ginebra, Suiza Elayne White Gómez, organizó la conferencia y fue la presidenta de la conferencia de las Naciones Unidas en el 2017,acción en la que se negoció la adopción y la aprobación del tratado con 122 votos a favor de las delegaciones presentes.
Durante todo este proceso la presión y el trabajo de Organizaciones no Gubernamentales, ha sido fundamental, fue así comose le otorgael Premio Nobel de la Paz en el 2017, a laCoalición de organizaciones Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), por sus notables esfuerzos en promover el desarme y por su aporte significativo en facilitar la entrada en vigencia el tratado que vuelve ilegales las armas nucleares.
Entre las organizaciones participantes de ICAN, se cuentan a la Asociación Mundo Sin Guerras y Sin Violencia, International PhysiciansforthePreventionof Nuclear War (IPPNW) y la Liga Internacional de Mujeres Pro-Paz y Libertad (LIMPAL) que han sido organizaciones activas en el ámbito internacional y regional desde hace más de diez años, las tres con representación seccional en Costa Rica, cuyos activistas trabajan para promover una cultura de paz.
Este año 2021, Mundo sin guerras y sin violencia, está impulsando la Primeramarcha latinoamericana por laNoviolencia, la cual sellevará a cabo de forma virtual y presencial, iniciando el 15 de septiembre, día de conmemoración del bicentenario de la independencia de Centroamérica;simultáneamente por el norte desde México y por el sur desde Chile y Argentina y finalizando el 2 de octubre, día internacional de la Noviolencia, con actos oficiales de cierre, presenciales enSan José de Costa Rica, que serán transmitidos en vivo por las redes sociales y canales digitales de Mundo sin Guerras y sin violencia.
Esta Marcha, hará su énfasis en la búsqueda de la convergencia en la diversidad, de acciones e iniciativas en pro de un futuro noviolento para Latinoamérica, y promover el que los países de la región, que falten por firmar y ratificar el Tratado de Prohibición de armas nucleares, se unan a esta causa que hoy nos convoca a toda la humanidad, para volver ilegales las armas nucleares en todo el mundo.