Este viernes 14 de mayo la Agencia Internacional de Noticias Pressenza realizó el lanzamiento del libro “Muros que hablan: memoria gráfica del despertar social en Santiago de Chile. Octubre 2019-Marzo 2020” en el Museo del Estallido Social, ubicado en el barrio Bellavista de Santiago de Chile. La publicación recoge en casi 300 páginas la explosión de creatividad que convirtió a los muros de la capital y muchas ciudades del país en un verdadero museo viviente en la primavera de 2019.
Nos contactamos con muchos de los grafiteros y muralistas para pedirles su testimonio acerca de los trabajos expuestos. Además, fotografiamos las manifestaciones más importantes realizadas en esas fechas. Recogimos testimonios de personas del mundo de la cultura y el activismo, y también ciudadanos comunes y corrientes, en diferentes formatos. El resultado es un hermoso y potente mosaico de imágenes y voces que refleja el espíritu vivido en esos meses.
Pablo López, encargado de contenidos del Museo, hizo de «maestro de ceremonias».
Pía Figueroa, directora de Pressenza y primera en hablar, señaló que: “Nuestra agencia se complace en dejar esta constancia de que el pueblo chileno vibró en una misma nota, el mismo acorde, una misma sintonía para dar curso a sus más importantes sueños. El trabajo que nuestros amigos y colegas David y Ricardo han realizado es verdaderamente excepcional”.
David Meléndez, coeditor de Pressenza y uno de los autores del libro junto con Ricardo Marinai, dijo que “a pesar de que estamos publicándolo con casi 4 meses de demora, también es un momento oportuno, ya que estamos ad portas de unas elecciones cruciales para el destino de nuestro país. Este libro quiere ser un recordatorio del espíritu que vivimos en esa primavera insumisa, y el resultado es realmente excepcional. Queremos que quede como testimonio para las actuales y futuras generaciones, cuando busquen en qué momento y condiciones comenzó a cambiar nuestro país”.
Tras ello, procedió a donar dos ejemplares al curador del Museo, Marcel Solá, quien respondió diciendo que “como equipo del Museo del Estallido queremos agradecer esta instancia, que ustedes nos hayan elegido para lanzar este gran trabajo, este gran libro… aprovecho de felicitar a David y a Riccardo por estos tremendos registros que han realizado. Como equipo creemos en la importancia de hacernos parte como ciudadanos, comunidades y territorios en la construcción de la memoria histórica en tiempo presente. Trabajos como este son clave: aquí hay cientos de registros de obras de arte, intervenciones, performances que ocurrieron en la calle vista como un espacio público en disputa. Es ahí donde tenemos que hacer el ejercicio de lo que es democrático”.
El evento finalizó con palabras del cantautor y creador chileno Eduardo Peralta, quien sentado con su guitarra con un telón de fondo en que se proyectaban documentales y filmaciones de las marchas del estallido, señaló: “Por primera vez he entrado a este Museo del Estallido y he quedado impresionado por el espacio y sus contenidos. Y debo además decir que estoy muy orgulloso de que una canción mía, en formato poema, acompañe algunas imágenes de este libro. Eso es para mí un premio y una alegría. Esta canción se llama `Balada tuerta`, la hice el 21 de noviembre del 2019, cuando ya había muchos chilenos y chilenas sin uno de sus ojos por la represión de esos días”. Después, a pedido del “numeroso público”, cantó “El hombre es una flecha”, hermosa canción compuesta en 1978 con ocasión del año internacional de los derechos humanos.
El evento se transmitió en directo y se puede ver en www.facebook.com/murosquehablan.chile y el Instagram @museodelestallidosocial. El libro ya lleva algunas semanas en venta con gran éxito en las redes sociales y en libreriahumanista.com/shop. Tras este evento también estará a la venta en el Museo del Estallido (. Aquí se ofrece una vista previa de las primeras 70 páginas.
En este vínculo nube hay cuñas (pequeñas entrevistas) a Pía Figueroa, David Meléndez, Riccardo Marinai y Marcel Solá (curador del Museo) y más fotografías, hechas por nuestra amiga documentalista Florencia Doray (¡gracias!).
