En el Perú las atenciones en salud mental crecerán alrededor de 20% (1, 2 millones casos) durante el presente año, tanto en adultos como en menores, a raíz de la pandemia de coronavirus que ha incrementado los casos de ansiedad, depresión y síndrome del maltrato, según informó el Ministerio de Salud (Minsa).
La proyección de atenciones para 2021 es mayor del 20% respecto a los casos tratados en 2020, que fueron 980, 504, de acuerdo con los registros del Ministerio de Salud del Perú.
En el artículo “Salud mental e inclusión social” explico: “En el Perú actual el tema de la salud mental es preocupante y requiere de un nuevo enfoque, pues los prejuicios existentes en la sociedad impiden abordar adecuadamente la situación, más aún si se tiene en cuenta que las familias de pacientes que padecen de alguna enfermedad mental se sienten obstaculizados para hablar de un tema que debe ser abiertamente debatido”.
En términos de inclusión social los pacientes que según la psiquiatría convencional padecen de trastornos psiquiátricos (tales como la esquizofrenia y otras psicosis) tienen derecho a su plena recuperación, al desarrollo normal de su vida y la inclusión social. Y este objetivo debe ser plasmado en un plan estratégico.
En la actualidad las causas de estos males se están discutiendo. Una variable es la rebelión personal en relación a la libertad íntegra del hombre humanista, pero entre sus fines se encuentra asumir su experiencia vital, por ejemplo decodificación del pensamiento en establecimiento de la esclavitud digital.
Con ocasión del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora todos los 10 de octubre, el ministerio de Salud estimó que este año atenderá más de 1, 200 000 casos, pues hasta octubre ofreció 800, 000 atenciones en los centros de salud mental comunitarios, hospitales y establecimientos de primer nivel de atención.
«Tenemos más demanda, pero también más centros de salud mental comunitarios de lo que teníamos antes de la crisis sanitaria», indicó el responsable de la Dirección de Salud Mental (Dsame) del ministerio de Salud, Yuri Cutipé Cárdenas.
Cutipé Cárdenas, director de Salud Mental del Minsa, señala que desde el 2015 hay una mejora sustancial del presupuesto anual destinado a la salud mental, pasando de 211 millones de soles a 573 millones de soles en 2021 (2%).
“Pese a ello hay mucho por mejorar y acortar brechas en regiones en donde la inversión per cápita aún está muy por debajo del promedio mundial. No seguir incrementando el presupuesto, sobre todo con los efectos que viene dejando la pandemia sería un error grande”, declara el director Cutipé.
El director Cutipé expone que «ante una situación llena de adversidades (como la pandemia del COVID-19) pueden aparecer cuadros de tristeza o ansiedad prolongados que, si se les suman factores como pérdidas, dificultades laborales o académicas y la propia pobreza, tienen la capacidad de generar problemas clínicos como la depresión o los trastornos de ansiedad».
En el artículo “Cambio social y (re)adaptación” explico sobre la cotidianidad: “(…) la vida moderna está marcada por el auge de las nuevas tecnologías, la internet, la velocidad de las comunicaciones y el fenómeno de la globalización, el impacto de las redes sociales en la vida cotidiana y el contexto actual de la pandemia de coronavirus que está ocasionando más de dos millones de muertes en el mundo, generando además un estado permanente de estrés, ansiedad y depresión, así como la adaptación a la ‘nueva normalidad’ y a las normas de la nueva cuarentena y uso de implementos sanitarios”.
Asimismo, debemos señalar que en el artículo “El experimento de Daniel Alcides Carrión” de la Revista Médica Carriónica (RMC) del Cuerpo Médico del Benemérito Hospital Nacional Dos de Mayo (HNDM) del Perú, se señala sobre el control social: “La mítica posesión de los indios por las huacas, ha sido muy estudiada por los antropólogos peruanos, sin embargo puede resurgir, pero no como mito sino como realidad, recientes investigaciones alertan de la existencia de un programa de control mental en Latinoamérica, las nuevas huacas son los servicios de inteligencia estadounidenses”.
Y el artículo también explica en el capítulo “‘El regreso de las huacas’: Control mental en Perú”: “En la actualidad, el control mental puede ser desarrollado con neurotecnología invasiva, implantes, microchips o nanobots cerebrales. El gobierno de los Estados Unidos ha negado la existencia de un programa de armas de control mental, sin embargo la existencia de tecnología capaz de crearla sugiere la existencia de un programa de armas de control mental clasificado”.
Además, debemos recordar que en septiembre de 2020, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce como víctimas de cibertortura a las víctimas de acoso organizado y tortura electrónica.
Es obligación del Gobierno peruano velar por la salud y bienestar de todas las personas.