PROSA POÉTICA
Te intuí, te sentí llegando… cuando apareciste.
Fue un encuentro con sabor a reencuentro.
Nos acercamos, nos danzamos, te rocé, te sentí.
Mi ardiente y acelerado corazón acusó tu cercanía.
Te recibí, te exploré, suave y expansiva.
Me deslicé bajo tu piel y fui un soplo que te acarició por dentro.
Y ahí estuve queda… durmiendo el sueño de las diosas.
Luego regresé al mundo cotidiano y lo experimenté distinto…