Una investigación que expone la doble moral del extractivismo, la trama visual que la fundamenta y la incidencia de una «empresa de servicios» gestada para borrar los rastros delictivos (ecocidas) que se producen en contra de todas las formas de vida que habitan la naturaleza.
Rakizuam o rakiduam es una palabra mapuche que significa pensamiento. Con esta palabra la empresa de servicios petroleros Rakiduamn S.R.L. se constituyó como tal en 2012. Y aunque la palabra está modificada (la M y la N no sé usan juntas en ninguno de los tres grafemarios del mapudungun), el propio Mariano Aiassa, fundador de la empresa, lo reconoció en una entrevista brindada el 26 de septiembre de 2018 al Diario Río Negro afirmando que “además es una palabra mapuche, que significa gente de la tierra, y nosotros somos de esta tierra”.
La adaptación del concepto y la distorsión de la palabra para propio beneficio no es una actitud novedosa, mucho menos inocente. Cumple ya más de 140 años de ejercicio en este territorio. Hombres y mujeres blancas (auto)reconocidas pioneras de este territorio, fundadores y legítimos accionistas de los recursos y los elementos naturales de este espacio sagrado, hoy convertido en una gran “zona de sacrificio”. Mientras que del otro lado, los locales, jóvenes de piel oscura, trarilonkos y comunidades mapuche diversas, deben habitar el hacinamiento, el negacionismo y la diáspora constante, viviendo en espacios reducidos, pocos productivos y atravesados por enfermedades y agua contaminada.
El escenario visual es contrastante, tan cínico como indignante; tan naturalizado como invisibilizado. Y mientras más investigo, el escenario visual se contrasta aún más. Primero: encuentro en un boletín oficial del día 7 de diciembre del 2017, que el capital inicial de la empresa Rakiduamn SRL fue de $12.000, dividido en las seis partes fundadoras: los hermanos Mariano y Luis Aiassa, sus respectivas esposas Carolina García Tourn y Mariana Moll, y los hermanos Carlos German Pérez y Sergio Alberto Pérez. Segundo: dentro de la entrevista del Diario Río Negro, Mariano Aiassa reconoce que llegaron a facturar 500 millones de pesos, con un total de 80 empleados. Tercero: cuando ingresé en la página oficial de la empresa rápidamente pude ver el nombre en mapudungun en contraste de una bandera inglesa. Cuarto: en los perfiles personales de Linkedin de cada parte fundadora, se puede leer que Mariano Aiassa trabajó en Petrobras y Repsol, mientras que Luis Aiassa es socio de Pascolo (una empresa destinada a la elaboración de lácteos). Por su parte, y por último, no menos importante, Carolina García Tourn egresó de la Universidad Nacional del Comahue como Ingeniera Química y fue Jefa del Departamento de Gestión Ambiental (entre los años 2006 y 2008) de la Municipalidad de Cipolletti.
El dato no es menor: las partes societarias tienen vínculos directos con las empresas contratistas, pero también con las autoridades estatales encargadas de legislar y administrar las posibles denuncias y/o aprobaciones de proyectos y operaciones.
¿Pero qué es lo que hace concretamente la empresa Rakiduamn SRL?
En la página oficial de Rakiduamn se pueden leer las funciones específicas de la misma. Por un lado, mencionan el flow back afirmando que “el servicio tiene como objetivo la limpieza del pozo post fractura evitando que la arena remanente de fractura producidas en las primeras horas de apertura del pozo, ingrese a las instalaciones permanentes de producción del cliente». Por otro lado, la empresa Rakiduamn menciona el Sand Management explicando que:
“Los campos SHALE que requieren grandes fracturas hidráulicas para la producción, permanecen con producción de arenas durante toda la vida de los pozos. Para evitar fallos en las instalaciones es necesario utilizar equipos que remuevan arena en distintos puntos de la cadena productiva”.
Prácticamente Rakiduamn le ha vendido el alma al diablo. Esta empresa es la encargada de administrar, manipular y hacer desaparecer la arena (o por lo menos dejarla en «condiciones óptimas» ante un posible control) que queda como residuo luego de una fractura hidráulica. La misma arena que se introduce en los huesos del cuerpo de la tierra está cargada con una batería de metales pesados que hasta el día de hoy se encuentran vedados a la opinión pública y, por lo tanto, a la población en general.
¿Se imaginan los hechos y antecedentes que han visto en estos diez años la empresa Rakiduamn SRL? ¿Qué cosas han tenido que ver, aprobar y callar los operarios de Rakiduamn? ¿Estarán contaminados los pulmones y los organismos de estos operarios? ¿Habrá un equipamiento especial capaz de resguardar la integridad de una persona en estos casos?
En las primeras horas de la madrugada del miércoles 22 de junio, mientras distintas comunidades mapuche (rurales y urbanas) celebraban el Wiñoy Xipantv (el nuevo ciclo solar) comenzó a circular la noticia de que un joven de 32 años había perdido la vida, durante la medianoche del 21 de junio, dentro del yacimiento Río Negro, operado por YPF. Luego, durante el transcurso del mismo día y acompañado de una foto familiar se conoció el nombre de la víctima: Víctor Vázquez. Víctor era un empleado de Rakiduamn que en el momento de su muerte le brindaba servicios a YPF. En la foto se lo puede ver a Víctor con una remera de River, sosteniendo a un niño sobre sus hombros, mostrando delante de la cámara una risa sincera, cargada de buenos pensamientos (kvme rakizuam). “Otro joven de piel oscura y risa grande que se lleva la avaricia y la impunidad empresarial”, pensé.
Siendo un periodista que trabaja y realiza sus análisis desde una perspectiva interculturalidad y sabiendo el grado de negacionismo que existe en la Argentina -un país que se sigue pensando blanco y europeo- ver el color marrón de la piel del joven víctima no es un detalle menor, ni anecdótico. Los signos visuales se chocan y se enfrentan como partes inconexas. Una guerra simbólica que parece siempre encontrar el mismo cauce: el poder, el dinero, la deshumanización. Una batalla visual que pareciera encontrarse en puntos irreconciliables, pero que finalmente hablan de la misma cosa: la palabra rakizuam, el color azul, la piel oscura del trabajador fallecido, la bandera de Inglaterra. YPF, la Universidad Nacional del Comahue, los insultos indignos y racistas en las redes sociales hacía un grupo de docentes y estudiantes mapuche que izaron una bandera (wenu foye) durante el wiñoy xipantv.
Ante la muerte de un operario del proyecto extractivo en la región las preguntas son múltiples: ¿para qué prepara la Universidad Nacional del Comahue a sus estudiantes? ¿Para profesar actos empaticos y críticos hacia el resto de la sociedad o para convertirse en profesionales funcionales al negocio de la muerte y el negacionismo? ¿Cuánto influye la perspectiva occidental en este mercado de la muerte, en donde se niega los saberes y las identidades de los pueblos preexistentes y se reconoce zonas de sacrificio allí donde debería habitar la vida? ¿Cuántos elementos vitales puede colocar en peligro una empresa extractiva, sin que tengan una sanción, un definitivo cese de sus actividades? ¿Se puede equilibrar la vida de las personas, los elementos de la naturaleza, la flora y la fauna local -que insisten persistir en el mundo-, con papeles devaluados, inservibles y arcaicos? ¿Esa es la respuesta que le van a dar a los familiares de Matías: plata? ¿Realmente el negocio extractivo justifica contaminar el agua que bebemos, expulsar a las comunidades ancestrales que habitan hace miles de años este territorio, desmerecer su kimvn (conocimiento) ancestral, descuidando incluso la salud de los propios operarios que dejan la vida por un proyecto inhumano? ¿A cambio de qué? ¿Es realmente equiparable que, dentro del discurso del progreso extractivo, una empresa que es capaz de generar 500 millones de pesos (en menos de cinco años) sólo contrate a 80 trabajadores? ¡500 millones de pesos! ¿Y sólo contrató a 80 empleados? ¿Esa es la bonanza (extractiva) de la que tanto se ufanan los mandatarios políticos locales y nacionales? ¿Progreso para quién? ¿Quiénes se benefician realmente de la implosión literal del territorio en las provincias de Neuquén y Río Negro?
La dimensión operativa de la empresa Rakiduamn SRL. es de 42.000 m2, entre las que se encuentran las bases de Añelo y Barda del Medio. Sin embargo, lo que resulta difícil de dimensionar es la capacidad de encubrimiento y silenciamiento de una empresa como Rakiduamn SRL.
Así como las fiscalías estatales son capaces de ocultar y/o hacer desaparecer pruebas ante un caso de desaparición forzada o gatillo fácil, está empresa tiene las herramientas y las autorizaciones oficiales para borrar toda huella que pueda llegar a exponer a la fractura hidráulica ante un posible delito contra la naturaleza y la integridad de las distintas formas de vida (no sólo humana) que habitan en este lado del territorio.
Rakiduamn SRL representa el silenciador que el fracking -como arma letal- necesita para permanecer y posicionarse incluso sobre los rastros de muerte que esta misma maquinaria produce.