La plataforma estadounidense Stripe, utilizada para recaudar donaciones con tarjeta de crédito, canceló su servicio de transferencia de fondos a la organización Still I Rise sin ofrecer una explicación adecuada ni apoyo práctico para resolver la situación.
Desde el mes de junio, esto ha provocado el bloqueo de donaciones recurrentes de miles de donantes que habían elegido el pago con tarjeta de crédito, por una pérdida que hasta la fecha asciende al menos a 100.000 euros y que se agrava día a día.
«A pesar de nuestras reiteradas peticiones de ayuda en los últimos meses para resolver la situación, Stripe ha proporcionado comunicaciones contradictorias y claramente descoordinadas entre las distintas áreas de la empresa, así como explicaciones genéricas que no ayudan a entender el origen concreto de su decisión, impidiéndonos además trabajar en posibles acciones resolutivas», afirma Massimo Pesci, Director de Fundraising de Still I Rise. «A eso se sumó el perjuicio que supuso no poner a nuestra disposición los datos de nuestros donantes recurrentes, para facilitar la transición a otro proveedor del mismo servicio y garantizar la continuidad del apoyo prestado hasta ahora. Se trata de un asunto muy grave, que no tiene en cuenta lo vital que es para una organización humanitaria contar con el valioso apoyo de los donantes habituales».
En cuanto a las razones que Still I Rise supone que han sido decisivas –aunque Stripe no lo diga explícitamente–, están las operaciones humanitarias en el noroeste de Siria, una zona considerada de «alto riesgo». Tras solicitar aclaraciones y documentación sobre las actividades de Still I Rise en este ámbito –que los departamentos implicados facilitaron puntualmente–, la plataforma comunicó de facto, en base a una evaluación interna y desconocida, su intención de interrumpir el servicio.
«Nuestras reiteradas peticiones de aclaraciones y el envío de más explicaciones sobre las actividades de Still I Rise en el noroeste de Siria no han servido de nada. Stripe procedió a rescindir el contrato de forma unilateral y arbitraria. Hay problemas evidentes con la legalidad de la rescisión del contrato, agravados por la falta de asistencia en la migración de los datos de nuestros donantes. Por eso estamos estudiando la posibilidad de emprender acciones legales», explica Giovanni Volpe, consejero general de la organización.
La decisión de cerrar la cuenta, priva directa y efectivamente a Still I Rise de su capacidad para llevar a cabo actividades humanitarias legítimas en defensa de los derechos humanos en contextos difíciles y políticamente frágiles: lo mismo puede ocurrir con otras organizaciones sin ánimo de lucro en general.
Actualmente Still I Rise está buscando un proveedor de comercio electrónico que pueda reemplazar el servicio bloqueado y distinguirse de Stripe por ser también portador de valores éticos y una verdadera orientación al cliente. Mientras tanto, la organización invita a los donantes recurrentes a reactivar su donación mediante una transferencia a la Banca Etica, siguiendo las instrucciones en https://dona.stillirisengo.org