El presidente Gabriel Boric hizo un claro análisis a tres años del estallido social, pidiendo al mundo político unidad para concretar reformas. Rechazó la violación de Derechos Humanos y condenó la violencia. «El estallido no fue una revolución anticapitalista, y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, fue una pura ola de delincuencia», dijo.
El presidente Boric realizó una declaración pública ante los medios de comunicación en el Palacio de La Moneda, a propósito de la conmemoración del inicio del despertar social.
El mandatario hizo un discurso marcado por un llamado de atención al mundo político, para que saque lecciones de lo sucedido hace tres años. Acusó a la política de no haber sabido dar respuestas a las demandas de la ciudadanía durante las manifestaciones.
“Hace tres años miles de personas se manifestaron expresando un malestar acumulado por largo tiempo, que clamaba por mayor justicia, igualdad y el fin de los abusos. Se manifestaron para que ni el tamaño de la billetera, ni el lugar de nacimiento fueran condición para acceder a una vida segura, salud digna, educación de calidad, y pensiones que garanticen jubilaciones dignas tras una vida de esfuerzos”, señaló.
“Durante estos tres últimos años, los distintos sectores políticos hemos asumido una interpretación de los eventos posteriores a octubre de 2019, que parecieran no hacer más que reafirmar nuestras creencias y convicciones previas”, dijo.
“El 18 de octubre nos debiera desafiarnos todos, y, en cambio, lo hemos usado como una razón para reafirmar lo que ya pensábamos desde antes. A tres años del estallido social ya es tiempo que salgamos de nuestra zona de confort para interpretar lo que ahí pasó, las lecciones que debemos sacar de este proceso, y actuar”, agregó.
“Todavía no concretamos las reformas que resuelvan la debilidad de los derechos sociales de los chilenos (…) que no se concretan por falta transversal de acuerdo en el mundo político”, estimó Gabriel Boric.
No obstante, reconoció que “las reformas que piden no siempre coinciden con las que promovemos los reformistas. El primer proceso constitucional fue de hecho una prueba de ello y el resultado del Plebiscito así lo ha dejado claro”.
“Nuestra lectura de los cambios sociales que el país necesita, estuvo muchas veces nublada por nuestras ideas preconcebidas”.
El jefe de Estado desmintió que el estallido haya sido una “revolución anticapitalista”, si no más bien una expresión de descontento.
“El estallido no fue una revolución anticapitalista, y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, fue una pura ola de delincuencia, fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad, que la política de la cual somos parte, no ha sabido interpretar, ni dar respuestas”, sentenció.
“El estallido social expresó y trajo consigo mucho dolor y ha dejado enormes secuelas, no vamos a permitir que sea en vano”, agregó desde La Moneda.
En ese sentido, les pidió ponerse de acuerdo y aprobar reformas para solucionar las problemáticas, en medio del diálogo por el proceso constituyente.
“Desde otros países observan la oportunidad que hemos producido entre todos los chilenos y chilenas al transformar este tremendo quiebre, en un proceso de cambios institucionales y democráticos. Eso es el proceso constitucional, esas son las reformas que tenemos en carpeta”, sentenció el mandatario.
“En esos días del estallido se dijeron y se hicieron cosas excesivas. Nos agredimos unos a otros, y creo que somos muchos los que sentimos que en ese periodo las cosas llegaron a un extremo que debieran haber llegado”, sostuvo.
“No basta con constatar y culpar a otros, sino preguntarnos por qué hubo tanto destrozo, por qué hubo tanto desborde”, reflexionó.
Así también, se refirió a la violación de los Derechos Humanos durante la revuelta, asegurando que “no son aceptables”, y que tampoco quedarán impunes, aunque también entregó su respaldo a Carabineros.
“Como Estado, debemos asumir que el control policial de esos meses sobrepasó los límites de lo aceptable, hubo muertos, hubo abusos sexuales, hubo mutilaciones oculares y eso no puede quedar impune y no se puede volver a repetir”, sentenció.
En esa línea, agregó que “su labor no puede ser confundida con actuaciones que fueron gravísimas y condenables, porque no son representativas de la labor diaria que más de 60 mil carabineros realizan día a día”.
“Carabineros cuenta con todo nuestro respaldo para controlar el orden público”, indicando que “no hay una dicotomía” entre ambas posiciones.
Por último, el mandatario condenó los hechos de violencia realizados por vándalos.
“El estallido social fue un campo fértil para la expansión de conductas violentas destructivas, que también han dejado víctimas y secuelas, y desde todas las posiciones políticas tenemos que decirlo con claridad”.
“Esa violencia se volvió contra las propias causas del estallido al producir una creciente ola de rechazo en la sociedad”, dijo Boric.
“Desde la izquierda debemos ser más categóricos que nadie al poner un dique a esas conductas, en enfrentarlas sin complejos, denunciarlas y castigarlas”.
“No podemos construir un país más justo quemando los buses en que se transportan los ciudadanos y ciudadanas, o dejando a personas sin semáforos para cruzar la calle, o a los emprendedores y trabajadores sin su fuente de ingreso. Simplemente no es aceptable. Tampoco lo es ir a atacar a policías, que son, a fin de cuentas, funcionarios del Estado que están cumpliendo un servicio que les encomienda el sistema democrático”, concluyó.